En un mundo cada vez más interconectado y volátil, las empresas enfrentan desafíos sin precedentes que ponen en jaque la seguridad de los sistemas. La resiliencia empresarial es fundamental para proteger a las compañías de los impactos negativos de interrupciones inesperadas, como pérdidas económicas, daño reputacional y la fuga de clientes. Para que las organizaciones puedan mitigar eficazmente estos riesgos y hacer frente a las nuevas amenazas, es esencial que se establezca una gobernanza de la continuidad empresarial robusta.