Cuando hablamos de energías renovables nos estamos refiriendo a las que tienen su origen en los recursos naturales que hay o surgen de la Tierra. Entre otras, a las que proceden de tres fuentes: el agua, el aire y la luz del Sol. Se caracterizan, además de por ser naturales, por ser fuentes de energía inagotables. Otra de sus características más destacadas es que las energías que proceden de estas fuentes (hidroeléctrica, eólica, solar, etc.) no producen emisiones contaminantes a la atmósfera. Esto lleva a que utilizarlas reduzca la emisión de gases dañinos para el planeta.