A los padres españoles les preocupa que sus hijos no estén seguros online, aunque uno de cada 20 admite que no ha adoptado ninguna medida para protegerlos y muchos de ellos desconocen cómo hacerlo, según una reciente investigación de Norton (Symantec). Del ciberacoso a los desconocidos peligrosos y las amenazas maliciosas, el estudio revela que el 87 % de los padres considera arriesgado permitir a sus hijos utilizar ordenadores y dispositivos móviles sin ninguna supervisión, y al 83 % les preocupa cuánta información comparten sus hijos en Internet. Aunque la mayoría de padres conocen los riesgos a los que se enfrentan sus hijos online, esta preocupación no siempre se traduce en una acción concreta.
Específicamente, el 68% de los padres españoles afirma que es importante controlar la información que su familia comparte en las redes sociales, aunque solo 1 de cada 3 (el 32%) lo hace. De hecho, solo el 34% de los padres limitan la información que comparten sobre sus hijos en sus propios perfiles de redes sociales.
“Actualmente, los padres se ven obligados a explorar aguas desconocidas”, Ramsés Gallego, Security Expert en Norton. “La tecnología ha cambiado la forma en la que crecen nuestros hijos y ha reescrito las reglas de la paternidad. Las familias están navegando por un mundo en el que decidir el tiempo que se pasa frente a una pantalla es tan importante como decidir la hora de acostarse y en el que algunos padres prohíben el uso de las redes sociales o de los juegos, mientras que otros ven cómo sus hijos forjan rápidas amistades sin límites de fronteras físicas ni zonas horarias. En el actual mundo digital, los padres luchan por preparar, proteger y capacitar a sus hijos para usar la tecnología de forma segura”.
Principales preocupaciones
Como parte del informe Norton Cyber Security Insights 2017, basado en una encuesta online a más de 1.000 adultos españoles, los padres compartieron sus experiencias al gestionar las actividades online de sus hijos y cómo perciben su capacidad para mantener a los niños seguros online.
Las principales preocupaciones de los padres españoles sobre las actividades online de sus hijos incluyen:
• Sufrir acoso online (92 %).
• Pasar demasiado tiempo frente a una pantalla (88 %).
• Descargar programas o aplicaciones maliciosas (88 %).
• Ser engañado para quedar con un extraño (88 %).
• Compartir demasiada información personal con desconocidos (86 %).
• Publicar contenido online que algún día pueda volverse en su contra (84 %).
En muchos casos, estas preocupaciones provienen de la propia experiencia personal de los padres o de lo que han escuchado a otros progenitores:
• Uno de cada cinco (22 %) padres españoles tiene un hijo que ha sufrido acoso online o conoce a alguien cuyo hijo es víctima del cyberbullying.
• Una cuarta parte (26 %) indica que las actividades online de sus hijos han comprometido su propia seguridad o conocen a alguien que ha sufrido un efecto similar por las actividades de los hijos.
Postura de no-intervención
A pesar de todo, muchos padres optan por no intervenir a la hora de proteger online a los niños:
• El 68 % no limita el acceso a determinadas web o aplicaciones.
• 1 de cada 5 (el 19 %) permite en ocasiones a sus hijos que compren online sin supervisión
• Solo el 30 % de los padres obliga a sus hijos a utilizar sus dispositivos en zonas comunes.
• Más de la mitad (57 %) de los padres españoles cuyos hijos navegan por Internet, les permite hacerlo sin supervisión.
“Las razones de esta postura de no-intervención son diversas. Algunos padres puede que no sepan por dónde empezar, mientras que otros puede que no estén seguros de cómo encontrar el equilibrio correcto entre proteger a sus hijos y respetar su privacidad”, declara Ramsés Gallego. “Deberíamos animar a los padres a tener conversaciones frecuentes y sinceras con sus hijos sobre sus experiencias online, y recordarles que no están solos. Al fin y al cabo, todos los padres están ‘aprendiendo a hacer su trabajo’”.
Aunque los enfoques sobre la paternidad digital pueden variar, muchos siguen sintiendo que no están preparados para la tarea. Hablar sobre la etiqueta online, los límites en Internet, los hábitos de navegación segura, las experiencias online y el ciberacoso no tiene por qué ser un problema.