La movilidad es una realidad consolidada en cualquier tipo de empresa. El fenómeno BYOD es cada vez más habitual y la línea que separa el uso particular o personal del profesional se hace más difusa. Con este panorama a la vista, la seguridad móvil cobra mayor relevancia en las organizaciones. Sin embargo, todavía queda mucho terreno por abonar. Falta concienciación del usuario y del empresario -que son más reactivos que proactivos-, a la par que la seguridad se sigue contemplando como un coste y no como una inversión.
No obstante, los proveedores han hecho los deberes y tienen en el mercado una tecnología madura que necesita imperiosamente ser completa para proteger de manera total los negocios. La tarea no es sencilla y continuamente se plantean retos, no sólo por la velocidad a la que avanza el malware, sino también porque se presentan nuevos entornos, configurados por la Internet de las Cosas y la mega conectividad, que es preciso salvaguardar. Así lo han reconocido representantes de Bitdefender, Blue Coat, Check Point, Kaspersky, Panda Security y Trend Micro en un desayuno de trabajo organizado por Redes & Telecom.
“La seguridad móvil es una variable con la que tienen que contar las empresas. La tecnología que los fabricantes tenemos en el mercado es suficientemente madura para proteger esa movilidad pero a día de hoy pocos clientes tienen una plataforma de seguridad uniforme”, señala Raúl Benito, major account manager para España y Portugal de Trend Micro. En opinión del directivo hay tres formas de aproximarse a una solución global de seguridad: blindar el dispositivo, crear un container (protejo la parte profesional) y proteger el dato (VMI), “esa es la tendencia”, declara.
Coincide con esta percepción, Miguel Ángel Martos, director general para el Sur de Europa de Blue Coat, al manifestar que hay un fenómeno muy potente que se debe tener en cuenta a la hora de plantear una estrategia de protección de la movilidad empresarial: la migración a la nube, en otras palabras, los servicios corporativos que se alojan en la cloud. “Esto va a ser un detonante importante para incentivar el usos de la movilidad y va a generar dos desafíos: asegurar el dispositivo que está accediendo a la nube y proteger los datos a los que accede ese dispositivo”.
Por su parte Mario García, country manager para España y Portugal de Check Point, observa que la movilidad ya llegó a las empresas pero “ahora tenemos que ordenarla y asegurarla”. Y añade: “Lo primero es regular la seguridad en los dispositivos -aspecto para lo que las empresas tienen una disposición inmediata-, pero otra cosa es proteger el BYOD.
También Alfonso Ramírez, director general para Iberia de Kaspersky Lab, indica que la movilidad llegó a las empresas hace tiempo pero se pensaba que era una parte del parque informático que no se necesita proteger. Sin embargo, “han aflorado las amenazas y las compañías han visto que no tenían una estrategia clara para afrontarlas. El móvil ha roto la seguridad tradicional y los esquemas de muchos CISO”. En este contexto, se plantea un problema para los fabricantes de seguridad porque no sólo es proteger los dispositivos es proporcionar una estrategia de seguridad única”, sentencia.
Sobre este particular, Jorge López, enterprise account manager de Bitdefender, introduce la noción de disrupción digital sosteniendo que la seguridad tiene que pasar de ser un coste a un business enable o facilitador de negocio. Mientras que Javier Conde, director de canal de la compañía, puntualiza que el tema de la seguridad en la movilidad no está resulto porque falta un poco de concienciación por parte del usuario y de la empresa. “Las herramientas están pero la gente no sabe cómo abordar un plan completo de seguridad, cómo ponerlo en común para dar una solución global”. Y a los fabricantes les toca saber paquetizarlo y dárselo al cliente.
Finalmente, Eduardo Fernández Canga, global corporate marketing manager de Panda Security, concibe que la cuestión de la seguridad en la movilidad empresarial es más estratégico que tácito. Especifica que tenemos que tener una estrategia más coordinada con los propios fabricantes de dispositivos de hardware, sopesar el tema legal (en lo que atañe a la privacidad de los datos) y no dejar de lado cómo perciben este asunto las pymes.
Puedes leer el artículo completo en el número de marzo de Redes & Telecom.