Kaspersky avisa de que en Internet se practican formas “muy sutiles” de obtener información sobre los navegantes, lo que se conoce como rastreos. Cada vez que un usuario visita una página web, solicita un HTML que se agregará a su navegador local. Un código que puede incluir referencias externas, así que también las solicitará. La firma rusa asegura que “hoy por hoy, no hay nada que temer, pero la información que se registra sobre los usuarios tiene finalidades concretas que pueden ser muy vinculantes en el futuro. La pregunta es ¿dónde queda mi privacidad?”.
Un ejemplo son las redes sociales. Aún después de haber cerrado la sesión, el navegador continúa guardando datos. Muchos piensan que la solución es borrar las cookies, pero no es así. Hay otras técnicas que se pueden utilizar para identificar a los usuarios basándose en las huellas de su navegador. Según un estudio, al combinar el navegador de un ordenador, sus complementos instalados y la información básica sobre su ordenador, el 83% de los usuarios tienen una huella única.
Vicente Díaz, analista de Kaspersky, probó a navegar en la web de un periódico español muy popular. El resultado fue que se solicitaron 30 dominios diferentes, 15 de ellos eran publicitarios o se utilizaban para rastrear al usuario, y se crearon 10 cookies en el navegador. En otro experimento, navegando por los 250 sites más populares de España, Díaz se encontró con que el 20% del tráfico se dirige a sitios web de rastreo y publicidad, conun promedio de 11,2 solicitudes de rastreo por sitio y con un 93% de referencias externas a sitios web de rastreo. Google y Facebook son las compañías que más rastrean a los usuarios, con una cantidad casi igual de solicitudes.
Desde Kaspersky, recalcan que hay que prestar atención a las opciones predeterminadas. Google Chrome y Safari tienen diferentes opciones predeterminadas para permitir las cookies y solicitudes externas que se envían al visitar un sitio web. Al acudir a a distintas páginas con diferentes navegadores para capturar el tráfico, no hubo mucha diferencia en el número de solicitudes ni en la cantidad de dominios de rastreo que solicitó cada navegador. Sin embargo, sí que hubo un gran diferencia en cuanto a las cookies, ya que Chrome almacena 1029 y Safari 269. Por tanto, de los resultados se desprende que Chrome “es un poco más agresivo en sus rastreos que Safari”.
En palabras de Díaz, todo se resume en “un asunto de dinero”. Y es que “no se trata de anuncios publicitarios, se trata de crear un perfil de los usuarios. Basta con imaginar lo que puede suceder en el futuro cuando pidas un préstamo a tu banco: tienes un perfil y, no importa lo que digas, recibirás el dinero sólo si el ordenador encuentra que tu perfil se ajusta a los requisitos. Tal vez en un futuro cercano, todas las compañías podrían tener acceso a estos perfiles, en los que todos nuestros datos estarán disponibles y el ordenador decidirá nuestro destino”, explica el analista de Kaspersky.