Norton ha revelado los datos de su Estudio Sobre Cibercrimen con el fin de dar a conocer cómo afecta el cibercrimen a los consumidores y cómo la adopción y evolución de las nuevas tecnologías impacta en la seguridad de las personas. Los resultados han sido extraídos de una muestra de 13.000 internautas adultos en 24 países y calculan que el coste directo asociado a las actividades prohibidas en la Red asciende a 85.000 millones de euros en el último año.
Cada segundo, 18 adultos son víctimas del cibercrimen, lo que resulta en más de un millón y medio de víctimas cada día en todo el mundo. Las pérdidas medias por víctima son de 152 euros en todo el mundo en costes financieros directos. En los últimos 12 meses, se estima que 556 millones de adultos en el mundo han experimentado el cibercrimen en alguna medida, cifra que supera a la población total de la Unión Europea. Este dato refleja que el 46% de los internautas adultos han sido víctimas del cibercrimen en los últimos 12 meses.
Además, uno de cada cinco adultos (21%) ha sido víctima o bien de cibercrimen en redes sociales o a través del dispositivo móvil; y el 39% de los usuarios de redes sociales han sido víctimas de cibercrimen social, especificamente: el 15% de los usuarios de redes sociales informa que alguien ha hackeado su perfil y se han hecho pasar por ellos; 1 de cada 10 usuarios de redes sociales afirman que han sido víctimas de scam o enlaces falsos en las redes sociales; casi un tercio (31%) de los usuarios de móviles recibieron un mensaje de texto de alguien que no conocíanpidiendo que accedieran a un determinado enlace o marcasen un número desconocido para escuchar un mensaje de voz.
Más de un cuarto (27%) de los internautas adultos informa que se les ha notificado que su contraseña del correo electrónico ha sido cambiada. Dado que las personas envían, reciben y almacenan desde fotografías personales (50%), correos y documentos relacionados con el trabajo (42%), hasta datos bancarios (22%) y contraseñas para otras cuentas en la red (17%), esas cuentas de correo electrónico pueden ser una puerta de acceso potencial para los delincuentes que buscan información personal y comercial.