Los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta indispensable en la rutina diaria de la gran mayoría de los ciudadanos. En la actualidad, no sólo se ha acrecentado el número de personas que poseen un teléfono móvil, sino que con la irrupción del smartphone se ha llegado a convertir en una verdadera adicción para muchos y en una oportunidad para los ciberdelincuentes.
Según una encuesta realizada por la corporación internacional que desarrolla y comercializa software para ordenadores, Symantec, el 74% de los usuarios confiesa estar más preocupado por los datos que almacena su teléfono, con respecto a los cinco años anteriores. Además, el 58% de los encuestados afirma que no tiene ningún control de los datos que se almacenan en su móvil, y sólo el 66% desinstalaría una aplicación si conociera seguro que la misma utiliza y comparte su información personal. El 33% ha tenido problemas con las aplicaciones.
Según los profesionales, estas cifras demuestran el desconocimiento que impera en la sociedad en torno a la utilización de los teléfonos móviles. Además, afecta tanto al propietario del teléfono como a las compañías, que deberían garantizar la seguridad de los datos de carácter personal porque la información registrada en estos aparatos se pierde y podría caer en manos de terceros debido a que no existen herramientas para borrar la información almacenada en terminales.
Los smartphones contienen información que podría ser susceptible de manipulación o robo: llamadas telefónicas, mensajes de texto o MMS, contactos e incluso correos electrónicos en estos teléfonos móviles. Según expertos en el tratamiento de la información confidencial de Safety Doc, la eliminación de esta información debería hacerse mediante una destrucción física de la memoria. “Lamentablemente, el bajo coste de la adquisición de teléfonos hace que descienda la reutilización y que los responsables no exijan devolución”, afirma Javier Rivas, integrante de Safety Doc.