El 18% de los españoles afirma haber sido víctima de un robo de identidad, una cifra que nos sitúa por encima de la media europea (17%). Es la conclusión principal que se extrae del estudio sobre la prevención del fraude elaborado por Dynamics Market en base a las entrevistas realizadas a más de 5.507 personas mayores de 18 años en Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda, España, Italia, Polonia, Rusia y Bélgica entre junio y julio de 2012.
La noticia positiva es que España se coloca por delante de economías como la británica, en la que el 24% de los encuestados reconoce haber padecido algún tipo de fraude. El efecto inmediato de este delito es la extracción de dinero de la cuenta bancaria (46%). En España, el porcentaje se reduce al 37%, siendo la nación en que el impacto en las cuentas bancarias del usuario es menor. Aún así, el informe revela que suele pasar una media de 5,4 meses hasta que el usuario se da cuenta.
La suplantación de identidad tiene un coste de 7.916 euros por persona y día en Europa, aunque se ha llegado a alcanzar la escandalosa cifra de 1.097.550 euros en uno de los casos. Esto confirma que la principal motivación en este tipo de conductas es ganar dinero, como expone el 78% de los europeos. El correo electrónico sigue siendo el canal elegido en la mayoría de los casos para robar datos.
El papel como vía para conseguir información personal
El papel es otra de las alternativas más comunes a la hora de defraudar. El 84% de las personas sigue almacenando algún tipo de información personal en papel. Es muy frecuente encontrar direcciones de correo, contraseñas, datos bancarios en algún lugar de la casa, tal y como reconoce el 26% de los participantes; o en monederos y bolsos (25%).
El 91% de los usuarios asegura que intenta protegerse de este tipo de fraudes, aunque la realidad dice que el 73% no destruye de la manera adecuada esos documentos antes de tirarlos a la basura. Y eso a pesar de que el 59% admite estar preocupado por si se convierten en objetivo de los ciberdelincuentes.