En un momento en el que nuevas tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial o el blockchain se aplican ya en muchos entornos empresariales y aspectos de nuestra vida, resulta cuanto menos sorprendente que aún existan gaps tecnológicos tan básicos en nuestro día a día como la falta de cobertura de red móvil en el interior de muchos edificios.
Si bien la cobertura de red móvil en interiores en España ha mejorado significativamente en general en los últimos años, todos hemos experimentado alguna vez la frustración de querer realizar una llamada en un aparcamiento o intentar acceder a Internet desde nuestro smartphone en un establecimiento comercial sin éxito, siendo ambas acciones más que habituales en nuestra vida diaria. ¿La razón? La alta inversión que necesitan realizar los operadores móviles para poder extender su red hasta esos lugares, sobre todo teniendo en cuenta la baja rentabilidad que supone con sus actuales modelos comerciales de tarifas planas, por las cuales la ampliación de las zonas de cobertura no implica, en general, un incremento del negocio.
Y es que esta inversión, además de venir definida por la tecnología que se implante y cubrir tanto el despliegue como el desarrollo del equipamiento activo, debe incluir una partida adicional para la construcción de la infraestructura pasiva necesaria para llegar hasta esos lugares.
Las TowerCos pueden construir y mantener la infraestructura necesaria para facilitar la cobertura neutra en interiores
La buena noticia es que hoy los operadores ya no tienen que soportar todo ese esfuerzo inversor, gracias a la irrupción de las compañías de torres de telefonía en el negocio, que hacen evolucionar el actual modelo de mercado. Ahora, las TowerCos pueden asumir esa parte de la cadena de valor que antes hacían los operadores, y construir y mantener la infraestructura necesaria para facilitar la cobertura neutra en interiores. Esta incursión, que a simple vista puede parecer un traspaso de roles sin importancia, es en realidad un gran paso en el mercado pues permite a los operadores de red móvil reducir la inversión y los riesgos y que sea un tercer player el que aporte la responsabilidad y capacidad inversora para proveer cobertura en este tipo de entornos.
Las ventajas son claras para los operadores, pero, sin duda, también para el cliente final. Ahora son las grandes superficies, propietarios y empresas quienes directamente demandan la ampliación de cobertura en interiores para cubrir sus necesidades. En nuestro actual estilo de vida, donde el smartphone se ha convertido en una extensión de nosotros mismos, damos por sentado que tendremos cobertura en cualquier edificio, oficina o espacio comercial. Sin embargo, las redes Wi-Fi públicas han dejado de ser una opción por sus riesgos en seguridad y los clientes hoy en día ya no están dispuestos a proporcionar sus datos personales para acceder a las redes privadas de los establecimientos. La única alternativa válida para todos es, por tanto, tener cobertura móvil, que ha pasado además a ser un elemento higiénico: no lo apreciamos como un valor cuando lo tenemos, pero lo echamos mucho en falta cuando no contamos con ello.
Garantizar la conectividad debe ser, sin duda, una prioridad en las zonas rurales, pero también en las áreas urbanas
Y es en este punto donde las compañías de infraestructura pasiva aparecen con la capacidad de ofrecer una cobertura neutra para todos y satisfacer esa demanda de propietarios y empresas. Sus inquilinos, clientes y empleados no esperan menos. En un entorno cada vez más digitalizado y en el que el smartphone centraliza muchas de nuestras gestiones en todos los ámbitos de nuestra vida (familiar, social, profesional, educativo, económico, de ocio e, incluso, de salud), tener cobertura de red móvil segura, rápida y transparente es indispensable allí donde quiera que estemos. Garantizar la conectividad debe ser, sin duda, una prioridad en las zonas rurales, pero también en las áreas urbanas.