El sector de la ciberseguridad está creciendo a gran velocidad, a un ritmo del 12,4% anual global, como consecuencia del auge de las infraestructuras en la nube y de unos ciberataques, cada vez más sofisticados y frecuentes. Pero, sorprendentemente, el sector se enfrenta a un déficit importante de talento. Tan solo en Estados Unidos hay 600.000 puestos de ciberseguridad sin cubrir, lo que significa que el 70 % de los que trabajan en ciberseguridad creen que sus organizaciones no cuentan con personal suficiente para defenderse de los ataques.
Mientras, en España, hace apenas dos años, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) ya preveía que para 2024 se iban a necesitar más de 83.000 profesionales en este campo, mientras que se estima que aproximadamente apenas habrá unas 42.000 personas empleadas, un déficit de casi el 50%. Por otro lado, el sector se enfrenta a otro importante desafío, el de retener el talento femenino, ya que apenas el 24% de los puestos de trabajo que hay actualmente en este campo están ocupados por mujeres, según datos también del INCIBE.
Además del lento proceso de incorporación de nuevos talentos, las pocas mujeres que trabajan en ciberseguridad abandonan su carrera profesional a un ritmo alarmante. Un informe sobre la situación de la inclusión de las mujeres en la ciberseguridad, elaborado por la asociación Women in Cybersecurity, reveló que las mujeres experimentan con frecuencia diversas situaciones que afectan a su potencial para crecer y avanzar en sus profesiones, y que esta circunstancia está estrechamente relacionada con los bajos índices de retención. Entre ellas se incluye el ser tachadas de “no lo suficientemente técnicas” para sus funciones. Esta afirmación obliga a las mujeres que trabajan en ciberseguridad a esforzarse mucho más para demostrar su valía en comparación con los hombres, en los que, por el contrario, los conocimientos suelen darse por supuestos. Descartar a las mujeres en general de esta manera no sólo es sexista, sino que supone una barrera total para la inclusión positiva y el crecimiento de la empresa.
Precisamente ahora, con motivo del Día Internacional de la Mujer, quiero pedir a los líderes mundiales en ciberseguridad que, si solucionamos el problema de la diversidad de género en el lugar de trabajo y permitimos que más mujeres se incorporen, aprendan y avancen en sus carreras, resolveremos de forma natural el problema de la escasez de talentos. Contratar a más mujeres no consiste en sustituir a un hombre por una mujer, sino en sumar mujeres a la plantilla.