Tanto si cree que va a ser la respuesta a todos nuestros problemas como de una amenaza para la vida tal y como la conocemos, no se puede discutir la cada vez mayor influencia de la IA en el mundo que nos rodea. Y, aparentemente, no hay industria, servicio o solución que permanezca al margen frente a su potencial catalizador del cambio.
Con su entramado de procesos, tecnologías, actores y exigencias, la conectividad es un terreno maduro para que la IA intervenga. Gartner predice que, para 2025, el 60% de las empresas emplearán cinco o más tecnologías inalámbricas simultáneamente. También pronostica que, para 2027, más del 50% de la población mundial utilizará diariamente y de forma activa varias super apps, es decir, aplicaciones que proporcionan a los “usuarios finales (clientes, colaboradores o empleados) un conjunto de funciones básicas más el acceso a mini apps creadas de forma independiente”. Estos son dos ejemplos de cómo la web actual no va a hacer sino aumentar su complejidad.
Pero, ¿cuál es el papel que puede jugar la IA para abrirse paso entre tanta complejidad y favorecer el nuevo futuro de la conectividad? En este artículo vamos a considerar el impacto que la IA puede tener en tres áreas distintas: la infraestructura, los servicios y el consumidor final.
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Cómo plantean su infraestructura las empresas
En los últimos años, ya hemos empezado a percibir un cambio en la idea de que la infraestructura no es más que un facilitador de procesos, es decir, que ayuda a ejecutar un servicio. En su lugar, las empresas actuales empiezan a exigir cada vez más que la infraestructura preste el servicio, sin necesidad de recurrir a ninguna ayuda adicional. En términos básicos, lo que se pide al proveedor de tecnología está evolucionando de “quiero hacer esto, ¿cómo puede ayudarme?” a “quiero hacer esto, hágalo realidad”.
Ahora bien, inicialmente, gran parte de este trabajo se va ver facilitado por funciones predefinidas y plantillas de servicios, cosas que pueden ser seleccionadas del catálogo de servicios de un proveedor, por así decirlo. Pero con el tiempo, cada vez más se irá convirtiendo en algo impulsado por la IA, que se utilizará para crear, ejecutar y, lo que es más importante, optimizar los servicios que se hayan adaptado a esa empresa basándose en la experiencia y los conocimientos del proveedor. Para que los clientes se sientan cómodos, seguirá siendo necesaria la participación humana en la prestación de estos servicios, es decir, para su supervisión y mantenimiento, pero incluso aquellos que no estén impulsados por la IA estarán, como mínimo, automatizados para que funcionen de forma inteligente.
Cómo se prestan los servicios a los usuarios
Más allá de la automatización de los servicios, otra área de la conectividad en la que la IA tendrá un impacto mucho más importante es en la evaluación dinámica y la prestación de servicios. Con esto me refiero no solo a poder decir si algo funciona o no, sino a saber cómo arreglarlo si no funciona, mejorarlo y hacérselo llegar a los usuarios de la forma lo más eficaz posible (es decir, la optimización).
Dado que las personas disfrutan cada vez más de la movilidad, las propias aplicaciones también tendrán que ser más inteligentes para seguir el ritmo, y las organizaciones recurrirán a la IA para que les ayude a conseguirlo. El ejemplo más radical que me gusta dar al respecto sería considerar el caso de alguien que utiliza una aplicación de realidad aumentada en Tokio a través de la tecnología 5G a bordo de un tren bala japonés. En la estación de tren su experiencia va a ser estupenda, pero en cuanto ese tren empiece a rodar la aplicación va a ser cada vez más lenta, ya que su señal tiene que viajar cada vez más lejos hasta la base. Con velocidades de hasta 320 km/h, esa distancia se irá incrementando en un abrir y cerrar de ojos.
La necesidad de que las aplicaciones se desplacen con el usuario a medida que atraviesan las zonas donde se encuentran las distintas celdas (frente a su estado más estático en la actualidad), es algo que el equipo 5G de Zscaler y la industria en general llevan tiempo debatiendo, y esperamos que se convierta en una realidad más pronto que tarde.
Cómo consume servicios el usuario final
El hecho de utilizar la IA para hacer que la conectividad sea más inteligente es algo que también se reflejará en la forma en que el usuario final consume servicios o, más concretamente, en cómo se conmuta la prestación de estos servicios entre las distintas infraestructuras (es decir, 4G / 5G / Wi-Fi / Bluetooth) para garantizar una experiencia de usuario fluida.
Los dispositivos actuales ya tienen la capacidad de enrutar paquetes a través de estos diferentes tipos de conectividad, pero no están utilizando mucha inteligencia para pasar de uno a otro – el proceso es bastante secuencial, es decir, si esto no funciona, prueba con el siguiente. Con la IA, los dispositivos podrán supervisar todos estos tipos de conectividad y determinar cuál es el mejor para utilizar en cada momento, independientemente de si son los siguientes en la fila.
Al igual que la ruta de la aplicación, la ruta del usuario se volverá extremadamente dinámica, basada en el rendimiento en lugar de tener que seguir un itinerario establecido a través de la infraestructura subyacente. En lugar de representar rutas compartimentadas en silos, la infraestructura subyacente funcionará más bien como una malla sobre la que pueden ejecutarse los servicios.
Para el usuario, esto supone no tener que pensar en absoluto en la forma en que se conecta y, como consecuencia, es probable que consuma más servicios (en beneficio de los proveedores).
Una experiencia de futuro optimizada
Aunque gran parte del discurso público actual se refiere a si alguna vez nos sentiremos cómodos interactuando con la IA o no, el verdadero papel de la IA en el futuro de la conectividad se centrará en la optimización frente a la interactividad: ofrecer una Inteligencia que esté en permanente estado de iteración y mejora de los servicios en beneficio de quienes los utilizan.
El resultado final será una infraestructura que esté en todas partes y optimizada para prestar unos servicios que estén a disposición del usuario, lo más rápida y adecuadamente posible, y la satisfacción del usuario final de poder consumir lo que quiera, cuando quiera y donde quiera. Es una perspectiva muy atractiva que estoy deseando ver hecha realidad.