“Las fusiones transfronterizas entre los principales actores nacionales establecidos del sector son muy poco probables, ya que casi no ofrecen ahorros de costes ni oportunidades de venta cruzada, ya que los servicios de telecomunicaciones se producen y venden localmente”, señala Jacques de Greling, director del equipo de calificaciones corporativas de Scope. “Además, los hábitos de consumo varían mucho de un país a otro y los reguladores nacionales aplican una regulación de las telecomunicaciones, con resultados a veces muy diferentes, ya que el marco europeo debe aplicarse teniendo en cuenta las condiciones del mercado local”.
Muchos operadores todavía se consideran activos nacionales estratégicos y los gobiernos no están dispuestos a que sean adquiridos por empresas extranjeras
“Observamos que los recientes comentarios de Telefónica sobre una nueva ola de fusiones y adquisiciones se produjeron en un momento en el que el grupo está vendiendo principalmente activos”, matiza Greling, y añadió que la reciente compra de capital privado de MásMóvil en España no puede clasificarse como consolidación ya que ninguno de los compradores son operadores en España.
La posición Comisión Europea respecto a estas operaciones ha sido clara: se bloqueará cualquier consolidación que reduzca el número de operadores móviles en los mercados nacionales. Al mismo tiempo, como ilustra la luz verde dada a la fusión Tele2-T-Mobile en los Países Bajos, la CE ha demostrado que su posición dista mucho de ser dogmática. “No esperamos que esta postura cambie a corto y medio plazo”, apunta Greling.
La decisión del Tribunal General de la Unión Europea del 28 de mayo de anular el veto de la Comisión a la fusión O2 UK/Three (2016) se ha interpretado rápidamente como la aceptación de una mayor consolidación móvil nacional. Pero la Comisión puede apelar la decisión (y creemos que así lo hará). Esto llevaría unos dos años, por lo que no creemos que la práctica pueda cambiar antes del resultado final. En Europa, donde el número medio de operadores móviles por país ya es bajo (alrededor de 3,7, en promedio), la reducción del número de operadores móviles también se encuentra con la oposición de los reguladores nacionales, como lo ilustran la OFCOM en el Reino Unido, y ComReg en Irlanda.
La reducción del número de operadores móviles también se encuentra con la oposición de los reguladores nacionales
La única oportunidad real radica en la consolidación de los operadores nacionales de telefonía móvil y fija (principalmente operadores de cable) y hay varios ejemplos de ello en el viejo continente. “Con el pequeño número de activos de cable independientes que quedan ahora en Europa, después de todos estos acuerdos, creemos que estará muy limitada también la consolidación de este sector del cable”, dice el directivo. Algunos jugadores desinverten o crean spin-off de algunas de sus filiales en mercados emergentes, particularmente porque estos mercados están madurando. Los operadores también están ansiosos por deshacerse de los activos de infraestructura, normalmente sus torres móviles. Las eliminaciones de torres o fibras podrían ofrecer cierta flexibilidad financiera en los próximos años.