Los españoles acumulamos basura tecnológica. Los teléfonos móviles antiguos entran dentro de esta categoría. Según el estudio “Uso y consumo de la tecnología en 2024” de Grover, el 67% de los españoles reconoce que aún conserva en casa un teléfono móvil más antiguo que el que está usando actualmente.
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Necrópolis de tecnología
Pero este hábito no sólo lo tenemos con los teléfonos. Por lo general -un 85% según el informe-, tendemos a conservar dispositivos obsoletos o en desuso. Esto está dando lugar a la creación de “cementerios de tecnología”, como indican desde la compañía, en nuestros cajones o trasteros.
Aunque el smartphone sobresale como la ‘reliquia’ predilecta de los españoles, también proliferan en nuestras necrópolis dispositivos viejos como reproductores multimedia (44%), ordenadores y accesorios informáticos (40%), o videoconsolas y cascos de realidad virtual (33%).
Es más, el estudio destaca en particular el número de dispositivos que no utilizamos y que tendemos a acumular. En este sentido, casi tres cuartas partes de la población (74 %) almacenan en casa más de un producto tecnológico anticuado, mientras que el 29% de españoles lo supera: “han convertido sus hogares en una especie de ‘museo histórico’, con cinco o más aparatos en desuso”, sostienen.
Prudencia, nostalgia y olvido
La encuesta de Grover profundiza en los motivos que hacen que los españoles tiendan a no deshacerse de su tecnología obsoleta. La principal razón es la prudencia ante la posibilidad de que estos aparatos sean necesarios en otro momento (33%), seguida de otros factores como la nostalgia que nos motiva a conservarlos como recuerdo (26%) o que, simplemente, olvidar que se tienen (13%).
Motivos para deshacerse de los dispositivos obsoletos
Por otra parte, el documento indica que muchas de las personas que guardan los dispositivos antiguos son conscientes de que podrían cambiar de opinión en algún momento y decidir desprenderse de ellos. ¿Y por qué razones lo harían? Pues dentro de las motivaciones señalan la posibilidad de obtener un beneficio económico por una venta en segunda mano (19%), ganar espacio libre en casa (19%) o estar plenamente seguros de que no los volverán a utilizar nunca más (14%).
