Durante 2014 se enviaron 30.000 milones de wasaps al día, cuatro por cada habitante del planeta Tierra.
España, con una cuota de penetración del 70% de los usuarios de telefonía móvil, se ha convertido en el cuarto país del mundo donde más se emplea Whatsapp y en el líder absoluto europeo.
Así las cosas, parece lógico que el uso de Whatsapp comience también a profesionalizarse desde un prisma empresarial, aunque en este sentido, pymes, emprendedores, autónomos y profesionales liberales son quienes pueden extraer en mayor medida todas las ventajas de la popular herramienta de mensajería.
Como punto de partida, su propio coste, mínimo; así como su sencillo uso y su adaptabilidad a cualquier teléfono móvil y/o sistema operativo. Las posibilidades son asombrosas: desde la oferta al cliente de una reserva de pescado fresco en una pescadería hasta servicios de taxi a la carta. Tenga usted en cuenta que de acuerdo con un informe de Reuters un 26% de españoles accede a noticias mediante esta aplicación. Pero no sólo eso, uno de cada dos usuarios comparte semanalmente noticias por Facebook y uno de cada cinco por Twitter o YouTube.
Pero Whatsapp puede resultar muy útil en el propio seno de la compañía como herramienta para comunicaciones internas más rápidas y fluidas, así como sistema de envío urgente de imágenes o vídeos cortos. En este sentido, para las pymes que no manejan un gran volumen de datos este sistema de mensajería se antoja especialmente atractivo.
Asimismo, son numerosas las voces autorizadas que destacan el potencial de los grupos empresariales de Whatsapp como canal de brainstorming o lluvia de ideas. Una de las claves pasa por interpretar la utilización de esta herramienta como un medio productivo de trabajo y no como una distracción. Tanto por directivos como por empleados