La filial española del grupo británico obtuvo en el pasado año fiscal, que concluyó el pasado 31 de marzo, una facturación de 6.637 millones de euros, lo que se traduce en un incremento del 13,3 por ciento respecto al año anterior.
En concreto, los servicios de voz facturaron 5.067 millones de euros, un 11,8 por ciento más, debido al incremento del uso del servicio como consecuencia, entre otros factores, de la sustitución del teléfono fijo por el móvil. Los servicios de mensajería crecieron un 16,8 por ciento (hasta situarse en 561 millones de euros) y los de datos ganaron 364 millones de euros, un 27,5 por ciento más.
El resultado operativo bruto (Ebitda) se incrementó un 15 por ciento, hasta situarse en 2.312 millones, mientras que el beneficio operativo ajustado de la operadora aumentó un 14,5 por ciento, hasta 1.623 millones de euros.
“Estamos satisfechos con los resultados que presentamos hoy porque hemos superado las expectativas, tanto las nuestras como las de los analistas del sector” afirmó el consejero delegado de Vodafone España, Francisco Román.
En su último ejercicio fiscal, la filial española incrementó su base de clientes en 1.372.000. No obstante, el ingreso medio mensual por usuario (Arpu) bajó un uno por ciento frente al ejercicio anterior, hasta los 35,2 euros, debido a efectos como un descenso del precio medio por minuto, las bajadas de las tarifas de interconexión y la dilución del Arpu en un mercado con índices de penetración muy altos y con una migración masiva de la modalidad de prepago a la de contrato, según la compañía.
“El mercado es tremendamente competitivo, pero se compite más en valor, en nuevos servicios y en prestigio de marca que en los precios. Sin embargo, el progresivo descenso de los precios que estamos viendo es resultado de la batalla competitiva”, concluyó Román.
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