Un sector en el centro de la revolución

Publicado el 01 Dic 2017

Luis Miguel Gilpérez, presidente de Telefónica España.

No se trata de una evolución, el término se queda corto. La digital es una auténtica revolución, y promete rebasar en trascendencia y cambios históricos a todas las que hemos conocido antes. El sector de las telecomunicaciones, entendido en sentido amplio, siempre ha sido testigo de la gradual modernización de las sociedades, pero nada de lo que hayamos vivido antes se parece a esto.

En palabras de nuestro presidente, José Mª Álvarez-Pallete, no estamos ante una época de cambios: estamos ante un cambio de época. Un cambio que tendrá cuatro veces la magnitud de la Revolución Industrial. Un cambio que lo cambia todo.

Tanto Europa como España tenemos una oportunidad enorme como actores en esta revolución. Lo difícil ya lo hemos hecho. España ha sido capaz de convertirse, con muchísimo esfuerzo inversor, con visión y con decisión, en el país con mayor conectividad de Europa. Tenemos tanta fibra óptica desplegada en nuestras ciudades y pueblos como Alemania, Reino Unido, Francia e Italia juntas. Tenemos las autopistas por las que ha de circular la información en los próximos 50 años.

Sin embargo España ocupa el puesto 14 en Europa en digitalización según el informe DESI, por encima de la media del continente, pero con mucho camino por recorrer todavía, sobre todo porque es la propia Europa quien está en riesgo de perder ese tren si no acelera.

Entrar de lleno en las oportunidades digitales, y hacerlo teniendo claro un plan de actuación y sabiendo cómo ejecutarlo, implica cambios muy relevantes que ya se han cuantificado: 250.000 nuevos empleos y un crecimiento del PIB de 3,2 puntos en el año 2020. El esfuerzo merece la pena.

La digitalización presenta ventajas inmediatas para las empresas de todos los tamaños y sectores: aumenta su competitividad, abre sus mercados naturales gracias al e-commerce y reduce los gastos en un porcentaje cercano al 20% según un informe presentado el año pasado por Siemens: esto puede suponer 120.000 millones de euros de ahorro en dos años para la economía española; además de acercar a las compañías a sus clientes sin intermediarios gracias a las redes sociales o facilitar la búsqueda de talento o el networking.

Las empresas que aún no lo han hecho, también las pymes, deben, necesariamente, abordar su transformación hacia lo digital y vencer la natural resistencia al cambio. La digitalización ayuda porque precisamente esa dificultad para adaptarse a lo nuevo es la responsable de que la edad media de las compañías haya pasado de 60 años en la década de los 60 a los 20 años de vida media que tienen en la actualidad.

El tejido empresarial e industrial en España está viviendo la revolución digital de forma intensa e imparable, y es muy consciente de la necesidad de una verdadera ‘Transformación Digital’, una adaptación real de sus procesos de negocio e infraestructuras al nuevo ecosistema digital para agilizar su llegada al mercado, en un contexto en el que ya no triunfa la empresa más grande sino la más ágil.

La aceleración del desarrollo tecnológico trae consigo una disrupción que afecta a toda la cadena de valor, a los modelos de negocio, a la Administración, a los ciudadanos. Es nuestra responsabilidad hacer el mejor uso de las tecnologías digitales para ponerlas a favor del crecimiento económico y del bienestar social.

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Luis Miguel Gilpérez

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