Un año para la esperanza

Publicado el 29 Dic 2003

Si hubiera que calificar este 2003 que ya nos dice adiós, las palabras más utilizadas por la mayoría de los profesionales del networking y las telecomunicaciones tendrían que ser moderación, austeridad y, en menor medida, recuperación.

Parece que nos encontramos en el inicio de una fase de equilibrio y crecimiento moderado en la que hemos corregido las exageraciones causadas por la famosa Ley del Péndulo, por la que un primer exceso -encarnado por la burbuja de las puntocom y las inversiones en las licencias UMTS- provocó un desplazamiento del péndulo hacia el extremo contrario, originando las desgraciadas consecuencias de las cuales hemos sido testigos en los últimos ejercicios: reducciones drásticas de los beneficios empresariales, despidos masivos dentro de un sector caracterizado por su capacidad para crear empleo y paralización de las inversiones, por sólo citar algunos de los más palpables.

Una vez realizada la necesaria depuración mediante la inevitable travesía del desierto protagonizada por las empresas del sector y que tanto les ha hecho sufrir, este 2003 ha sido el del inicio tímido de un repunte, aunque casi nadie se atreva a hablar todavía de la tan ansiada recuperación.

Después de prácticamente un par de ejercicios en el que los grandes gastos, y también los pequeños, han estado sumamente restringidos -circunscribiéndose exclusivamente a lo mínimo imprescindible para mantener el negocio en marcha- y de sopesar con todo detalle su incidencia en la cuenta de resultados, las empresas han empezado a invertir moderadamente.

Esta situación se ha empezado a traducir en un ligera aceleración capaz de imprimir una cierta velocidad a un sector que, después de desacelerarse y prácticamente perder su fuerte inercia, estaba al borde de la paralización.

Y no sólo han sido las empresas las únicas responsables de este repunte. Las Administraciones Públicas han sido en buena medida durante los últimos años la tabla de salvación de las compañías de Tecnologías de la Información. Por un lado, porque fueron las únicas empresas en las que todos los años hubo una partida dedicada a la adquisición de equipos y servicios de TI; mientras que, por otro, el Gobierno aportó su obligado granito de arena mediante políticas dirigidas a impulsar la innovación tecnológica y la e-Administración, asumiendo un papel imprescindible en el que también debe ser capaz de implicar a la iniciativa privada.

Todo parece apuntar a que nos encontramos en el principio de una nueva fase en la que, con los pies bien asentados sobre la tierra y con la lección de los errores cometidos absolutamente presente en la memoria, todos los agentes del sector pongan manos a la obra y, sin prisa, pero sin pausa, sean capaces de convertir los retos en realidades; eso sí, con realismo, moderación y austeridad de forma que entre todos seamos capaces de construir un futuro de sólido crecimiento que repercuta en ventajas y mejoras reales para los usuarios y, en consecuencia, para el desarrollo de las empresas.

Feliz 2004 y que las esperanzas de bonanza y prosperidad se traduzcan para todos nuestros lectores, anunciantes, colaboradores y amigos en realidad. Ese el deseo sincero de todo el equipo que cada mes hace posible que REDES TELECOM llegue a sus manos. A todos, ¡Felices Fiestas!

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Redacción RedesTelecom

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