Prometió no volverlo a hacer y sin embargo, lo ha hecho y sobrepasando las peores previsiones. Un total de 15.000 empleados perderán su puesto de trabajo en los próximos cinco años, según el Expediente de Regulación de Empleo presentado por Telefónica a sindicatos y Administración.
Un total de 15.000 empleados, el 35 por ciento de su plantilla o lo que es lo mismo, uno de cada tres trabajadores se verán así afectados por una medida que intenta hacer frente al “escaso crecimiento del mercado y, principalmente, a la existencia del marco regulador más exigente de Europa, endurecido en repetidas ocasiones que existe en España”. Aunque, junto a las razones “oficiales” ofrecidas por Telefónica muchos apuntan además la cada vez menos relevancia de la telefonía fija como negocio para la compañía frente a la telefonía móvil y por tanto, su necesidad de recortar costes e inversiones en este mercado.
Tales circunstancias han llevado a la operadora a presentar esta regulación de empleo que eso sí, responderá a los principios de “voluntariedad, universalidad y no discriminación del empleado en las bajas” y además, no representará coste alguno para la Seguridad Social, ya que la mayoría de estos despidos se realizará mediante bajas incentivadas, asumidas por la propia compañía.
Sea como fuere, lo que sí es cierto es que esta regulación de empleo es la más importante que vive nuestro país en su historia. Para estos 15.000 despidos el único parangón que tenemos lo encontramos en 1999 y curiosamente, con el mismo protagonista: Telefónica y un ERE que dejó en la calle a un total de 11.000 empleados. La diferencia: que en aquella ocasión, la operadora acompañaba su recorte de plantilla de la promesa de no realizar ninguna reducción de empleo más.
Una estructura más ligera y mayor eficiencia en su operaciones. Esos son los objetivos que han llevado a Telefónica Móviles a modificar su organización directiva. Los principales cambios, que serán efectivos el próximo 1 de agosto, son el aumento de responsabilidades de Javier Aguilera que, además de su cargo como consejero delegado de Telefónica Móviles España, pasa ahora a ser el máximo responsable de la coordinación de los Centros de Competencia del Grupo a nivel mundial; el nombramiento de Luis Miguel Gilpérez como director ejecutivo del Área Internacional de la compañía; y el ascenso de Ignacio Camarero al puesto de director ejecutivo de Operaciones, puesto desde el que se responsabilizará de las áreas de Red, Sistemas y Productos y Servicios en España y a nivel internacional.
