Autor: Mauricio Petidier, Marketing and Sales Manager de IAPsolutions
La sociedad actual parece haber asumido el reto de convertirse en una sociedad sostenible y eficiente energéticamente, sea empujado por la crisis financiera como por los cada vez más evidentes riesgos de una alta dependencia de las fuentes energéticas tradicionales. Las TIC ocupan un lugar central para la consecución de este reto. Por ello, términos como comunicaciones M2M, Smart Grid o Smart City, van siendo más comunes en el día a día del ciudadano de a pie.
Si bien el término Smart City fue acuñado hace más de dos décadas, es hoy cuando estamos empezando a ver realizados algunos de sus presupuestos, y a imaginar las consecuencias positivas que su aplicación está teniendo, y sobre todo, tendrá, en nuestra cotidianidad. Además, el compromiso con el entorno y la gestión inteligente de los recursos, son hoy promesas ineludibles en cualquier agenda política. En los últimos tiempos, muchas ciudades españolas han entrado en la carrera por convertirse en ciudades inteligentes, y la prensa ha dado cuenta de acuerdos entre operadoras y utilities con municipios como Málaga, Sabadell o Boadilla del Monte.
No obstante, el camino hacia estas urbes del futuro, conlleva muchos pasos, como el incremento sustancial del volumen de dispositivos, el despliegue de nuevos servicios con nuevos indicadores de rendimiento…que traen consigo nuevas retos, como la existencia de escenarios críticos que requieren actuaciones en tiempo real o la heterogeneidad de los dispositivos y tecnologías que forman la red, todos ellos factores que requieren la transformación del modelo de operación.
Las necesidades de los servicios ofrecidos en las Smart Cities requieren la transformación del modelo de operación: se debe disponer una gran capacidad de respuesta ante escenarios críticos en las infraestructuras que requieren una detección temprana y un análisis integrado, un importante grado de automatización de las operaciones y recuperación reactiva ante problemas, así como la necesidad de realización de operaciones masivas sobre áreas de la red. No hay que olvidar que el usuario final de estos servicios, el ciudadano, se acostumbra muy rápidamente a los cambios, y en este caso la automatización de muchos servicios le hará acostumbrarse a una instantaneidad en los mismos que, en poco tiempo, exigirá siempre.
Pronto será cotidiano saber exactamente y en tiempo real donde se puede aparcar en una ciudad, qué consumo de energía en tiempo real estamos realizando en nuestra vivienda si encendemos la lavadora y ponemos el horno a la vez, si es conveniente o no que salgamos a hacer deporte en función del nivel de contaminación o de alérgenos en la calle, si hay incidencias en el transporte público que vamos a coger… cuando esta información falle por algún motivo, nuestra paciencia y nuestra capacidad de resignación será muy baja, y ello forzará a un alto nivel de exigencia en la detección temprana de problemas y en la anticipación a su afección al servicio.
Con todo ello, la tecnologías de la información, en su vertiente de la gestión de la tecnología, también tienen un arduo reto, por cuanto los modelos tradicionales de gestión para su aplicación a las Smart Cities o las redes Smart Grid deben ser revisados, tanto desde el punto de vista técnico como desde el punto de económico. Desde el punto de vista económico, deja de ser viable el modelo actual de coste de las soluciones de gestión estándar habituales en términos absolutos de coste de gestión por elemento de red (con valores típicos entre 1 y 10 $/equipo). Una red de miles de sensores precisa otros modelos más flexibles en términos de coste por áreas y servicios gestionados.
Desde el punto de vista técnico, las soluciones centralizadas y/o semi-distribuidas (recolección distribuida de información mediante sondas, pero de inteligencia operativa centralizada) dejan paso a soluciones fuertemente distribuidas y con inteligencia local, donde se constituyen nodos dotados de inteligencia y capacidad de reacción preventiva, reactiva y correctiva, que cubren áreas dispersas geográficamente de distintos radios. Aspectos como la correlación distribuida de eventos complejos , aprendizaje automático en la red, actuaciones locales automáticas para neutralización de problemas, serán críticos en la gestión de la red de una Smart City. Las nuevas tecnologías aplicadas a la gestión de las nuevas ciudades deben ayudar a los ciudadanos a tener información en tiempo real, cuando la información es realmente relevante.
Dada la complejidad de estas problemáticas, acometer un proyecto de gestión de este tipo de infraestructuras requiere la participación de un socio tecnológico experto y con soluciones y tecnología de base muy flexibles, que aporte la suficiente experiencia y que sea capaz de coordinar las conexiones entre las diferentes infraestructuras. IAPsolutions ha demostrado ser un candidato perfecto para hacer frente a los desafíos tecnológicos de presente.