En principio deberíamos diferenciar entre el comercio electrónico dirigido al consumidor y el que se centra en las empresas.
El primero de ellos o B2C ha tenido una evolución creciente en los últimos años, aunque hemos de tener en cuenta que estamos en la cola de Europa. Según se desprende del Estudio de Comercio Electrónico B2C de 2002 de la Asociación Española de Comercio Electrónico (AECE), en España existen ocho millones de internautas, de los cuales el 13,8 por ciento ha comprado algún producto o servicio a través de Internet. La principal razón por la cual deciden comprar por la Red es por comodidad. Por el contrario, el 27,4 por ciento de los internautas que no han comprado por Internet, acusan la falta de información como principal barrera de entrada. En este sentido, la asociación AECE lanzó en el mes de octubre la campaña Estrénate para hacer frente a esta falta de información detectada en el estudio anteriormente citado.
Por su parte, el comercio electrónico B2B se encuentra desarrollado en la mayoría de los casos por grandes empresas. Según el Estudio de Comercio Electrónico B2B de 2002 de la AECE, el 35,6 por ciento de las empresas españolas con más de 200 empleados están realizando comercio electrónico dentro de sus procesos empresariales y de estos el 56,6 por ciento de los casos ha desarrollado su propio portal B2B. La práctica del B2B tiene un impacto claro en la productividad y eficiencia, y las empresas que tienen desarrolladas soluciones B2B declaran haber obtenido una reducción en los costes operativos y de relación con clientes y proveedores muy significativos.
