El presidente y heredero de la compañía surcoreana Samsung, Lee Jae-yong, ha sido condenado a cinco años de prisión por su implicación en el conocido como Caso Rasputina, una trama que salpica a 53 empresas de Corea del Sur, entre las que también se encuentran gigantes como LG o Hyundai, y que supuso la destitución de la expresidenta coreana Park Geun-hye, actualmente en prisión provisional a la espera de que se dicte sentencia en su juicio.
Lee Jae-yong, presidente de Samsung Electronics, asumió en 2014 el liderazgo de facto del grupo Samsung, que engloba empresas dedicadas a la electrónica, la construcción o la maquinaria pesada, después de que su padre, Lee Kun-hee, sufriera un infarto que lo retiró de la vida profesional.
Tras la condena de cárcel a Lee por corrupción, malversación de fondos, ocultación de activos en el extranjero y perjurio, los directivos del grupo empresarial asumirán su liderazgo, según ha manifestado Kwon Oh-hyun, vicepresidente de Samsung Electronics. Kwon ha animado a sus empleados mediante un comunicado interno de la empresa recogido por la agencia local Yonhap, a seguir esforzándose en sus respectivos puestos de trabajo para superar esta crisis y a “reunir poder y sabiduría y no quedarnos atascados en el shock y la confusión”.
Por su parte, los abogados de Lee han asegurado que apelarán la sentencia, después de conseguir que la condena se redujera a cinco años en vez de a 12 como pedía la Fiscalía para el líder del mayor fabricante de smartphones del mundo.