Queda la esperanza

Publicado el 11 Oct 2001

Con el corazón sobrecogido por el dolor y el alma sangrando todavía por el sin sentido, la brutalidad y la violencia del extremismo asesino, empeñado en una demostración absurda de un poder que ha de volverse multiplicado por mil en contra de quien lo ejerce de forma tan indiscriminada, nos vendamos las heridas del espíritu y los que hemos sido testigos impotentes y a distancia de tanta locura, nos imponemos la tarea de continuar con el trabajo diario y revalidar nuestra apuesta por el futuro como única respuesta posible a tanto dolor.

Y la vida, a pesar de todo, sigue, con sus sinsabores y alegrías, aunque el patio muestre una tendencia más preocupante hacia la primera, con el mundo al borde del conflicto armado -no sé sabe dónde, ni cuándo ni contra quién, aunque sí que no nos traerá nada bueno- y una amenaza más que seria, cierta, de caída de las inversiones, recesión económica, despidos e inestabilidad de uno a otro extremo de nuestro planeta, en una clara demostración que la globalización es el plan nuestro de cada día, con sus ventajas e inconvenientes.

Con este panorama tan sombrío, en el que nadie ni nada está a salvo, sólo queda la esperanza de que el sentido común se imponga y tras esta época de prueba tan dura a la que estamos sometidos, tanto en el aspecto económico, como ético, social y personal, amanezca un nuevo día en el que la libertad y, sobre todo, la justicia, sea realmente perdurable.

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Redacción RedesTelecom

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