Frente al modelo 2060, en este PocketGear se ha apostado por una bajada de precio y una disminución del tamaño, principal responsable de la ausencia de la ranura Compact Flash.
El apartado de especificaciones técnicas no difiere mucho entre unos Pocket PC y otros. Parece que existe un estándar de facto que lleva o impulsa a los fabricantes a presentar dispositivos de estética diferenciada, pero clónicos en cuanto a componentes. Packard Bell no es una excepción, y su segundo representante disfruta de un diseño ya tradicional, en el que una pantalla táctil de 3,5 pulgadas domina el frontal. Su resolución es de 240 x 320 puntos y es capaz de mostrar hasta 65.536 colores, gracias a sus 16 bits de profundidad.
El interior del dispositivo está coronado por uno de los nuevos procesadores de Intel, el PXA250 con tecnología XScale, que tiene, eso sí, la frecuencia de reloj más baja de la familia. Sus 200 MHz lo sitúan incluso por debajo del anterior StrongARM a 206 MHz. La ventaja es que favorece a su precio final y, desde luego, a la autonomía que ofrece al usuario.
El apartado de la memoria también merece especial mención. Los 64 Mbytes de RAM que incorpora están distribuidos de forma peculiar; existen 41,7 Mbytes disponibles para el usuario (el resto para la ROM, donde se almacena el SO y las aplicaciones más importantes), de los cuales 36,5 son de uso general y 5,2 están reservados para lo que Packard Bell denomina memoria Flash, destinada a copias de seguridad del sistema. Sin embargo, no hay ninguna utilidad que realice esta tarea de forma expresa, y tendremos que recurrir al Explorador de archivos para desplazar contenidos a este medio de almacenamiento, que efectivamente aparece como un soporte removible al estilo de las tarjetas SD.
Las prestaciones de este dispositivo son acordes con sus componentes. En este punto el procesador a 200 MHz, juega un papel fundamental, lo que redunda en la dilatada autonomía del PocketGear, pero también en su rendimiento final. Sin embargo, la propia orientación de esta propuesta justifica esta carencia y la suple con un precio realmente competitivo menos de 450 euros, IVA incluido, lo que le sitúa como el Pocket PC más económico del mercado.
La oferta software habitual en estos dispositivos está cubierta por las aplicaciones PIM habituales (la versión para Pocket de Reader, Word, Excel, WMP, etc.) y la incorporación de Ubisoft iGolf en inglés, IA Album y el juego de ajedrez Pocket Chess de la empresa FX. Paralelamente, la ranura SD es adecuada para el mercado al que está destinado, pero limita las posibilidades de expansión, ya que existe un gran número de periféricos que es posible enlazar mediante la ranura Compact Flash y que no están disponibles bajo el estándar SD.
Ya estén basados tanto en Palm OS como en Pocket PC. Mientras que los dispositivos que soportan el primero de ellos siempre han ganado esta batalla, los Pocket PC han sido tradicionalmente soluciones manejables, pero voluminosas debido, en las primeras propuestas, a la presencia de ranuras Compact Flash.
Sin embargo, el abandono de las tarjetas Compact Flash a favor de las cada vez más numerosas SD/MMC ha hecho que estos PC de bolsillo ganen algunos enteros en este apartado. También los nuevos procesadores Intel PXA250 a diversas frecuencias, que consumen y disipan menos, pueden ser causa de esa nueva disminución en la anchura de los Pocket PC. Toshiba, con su e310 (y su sucesor, el e330 con un XScale a 300 MHz), Viewsonic con su V35 (que por el momento no está disponible en nuestro país) o el MyPal 600 de Asus fueron los primeros en adoptar este nuevo Form Factor, al que ahora se ha unido Packard Bell en un dispositivo pensado para los usuarios con menos exigencias en el tema de potencia y más en el del propio tamaño y coste del producto. Palm ya ha dado un serio aviso en este campo con su Zire, un verdadero ingenio de la técnica apto para todos los públicos y que puede estar llamado a convertirse en el redentor de esta firma.
Con todo y con eso, este PocketGear 2030 cuenta con unas prestaciones aceptables, que se equilibran con un precio final excelente.
