La agencia Reuters anunció el pasado martes la intención de Nokia de cerrar la planta alemana de Bochum, donde actualmente 2.300 empleados se encargan de la producción de terminales y dispositivos móviles. El cierre definitivo está previsto para la primera mitad de 2008 y la propia compañía, a través de su portavoz Arja Suominen, estima que la decisión no tiene vuelta atrás al señalar que “la fábrica de Bochum no es suficientemente competitiva, ni siquiera con un aumento de las inversiones”.
La clausura de la planta de Nokia es otro varapalo a la industria manufacturera de telecomunicaciones alemana, que se produce justo un año después de que 3.000 empleados perdieran su trabajo cuando BenQ Mobile se declaró en bancarrota.
Sin embargo, la intención de la multinacional finlandesa no es reducir o dar carpetazo a la producción de dispositivos móviles –recordemos que es el primer fabricante del mundo- sino más bien trasladar las fábricas a regiones donde los costes sean más bajos. Actualmente la compañía cuenta con centros de producción en China, Hungría, India y Rumanía, además de conservar una planta en su país de origen, en Salo (Finlandia).
Según ha declarado Arja Suominen a Reuters, el cierre de Bochum permitirá “mover la producción a plantas ya existentes, principalmente a Rumanía, hecho que tendrá lugar a lo largo del primer trimestre del año”. No en vano, Nokia anunció el pasado mes de marzo la inversión de 60 millones de euros en una planta de teléfonos móviles en Rumanía.