La Comisión Europea ha sucumbido a la tentación y otro año más, y van ocho, ha presentado la radiografía de la situación de las Telecomunicaciones en la Unión Europea, este año más agria que dulce. El resultado ha sido una foto del sector con claro-oscuros demasiado contrastados para los usos y costumbres de este negocio.
Y es que la Comisión entiende que a pesar de la crisis económica, el pinchado de la burbuja tecnológica y el precio desorbitado pagado por las operadoras por las licencias UMTS, que ya son bastantes pesares; hay razones para el optimismo.
¿Cuáles? El sector, según el informe de la Comisión, es competitivo, la demanda sigue existiendo y, aunque las apariencias apunten a todo lo contrario, las compañías siguen gozando de buena salud. El argumento esgrimido por el organismo europeo es que frente a un crecimiento del uno por ciento registrado por la economía comunitaria, el sector habrá conseguido un aumento del 4,9 por ciento, la mitad del obtenido en 2001, eso sí, pero muy valioso en comparación con el dígito solitario. En resumen, que la situación es grave, pero no desesperada; y que, a pesar de todo, el enfermo goza de una mala salud de hierro.
Una vez más, esperamos que la Comisión Europea no falle en sus pronósticos y la realidad revalide las medidas adoptadas por nuestro ministro Piqué, quien ha debido acordarse de la sentencia de los clásicos lo que te enferma también te sana, cuya traducción en términos del sector vendría a ser algo así como si el UMTS te ha metido en crisis, también te librará de ella, para negociar un acuerdo con las operadoras con licencia 3G dirigido a reactivar un mercado sumido en una insoportable calma chicha.
A cambio de mantener la rebaja prometida de 6.000 millones de euros en los avales comprometidos, imprescindible para mantener la cabeza por encima de la delgada línea roja de flotación de un balance presentable, las operadoras se han comprometido a invertir más de 1.460 millones. También se ha puesto fecha definitiva al lanzamiento comercial de UMTS verano de 2004.
Con este acuerdo, Piqué se apunta un tanto en su casillero de gestor resolutivo y con recursos, nada desdeñable para aumentar el crédito político del próximo aspirante a la Generalitat catalana; las operadoras empiezan a tener más claro el terreno de juego que pisan; y los suministradores podrían empezar a mejorar sus cuentas de resultados.
Habrá que esperar a ver si esta vez los compromisos se respetan y responden al espíritu del pacto o, una vez más, como hemos vistos en tantas otras ocasiones, se quedan únicamente en papel mojado.
