El periódico británico The Sunday Times ha desplazado del lugar de honor de su clasificación de personas más ricas del mundo a Gates para colocar en su lugar a un tal Robson Waltom, personaje bien conocido en los Estados Unidos por ser propietario de los supermercados Wal-Mart y que dispone de una fortuna de 11,6 billones de pesetas. A escala más doméstica, los europeos más sobrados de dinero son dos hermanos alemanes propietarios de la cadena de supermercados Aldi.
Lejos de frivolizar lo que no parece más que una curiosidad o un divertimento para pasar el rato y orientar el tiro a señoras/señores en edad de merecer, este ranking es toda una metáfora de la lucha a muerte entre la vieja y la nueva economía.
Que el negocio de las Tecnologías de la Información no está tan boyante como debería, sólo hace falta leer los periódicos a diario para darse cuenta; pero ahora resulta que la inversión más rentable no es ni el silicio ni tan siquiera la tercera generación móvil. Donde haya un buen supermercado en la mano, con sus cajeras de uniforme y sus bolsas de plástico reciclable, que se quite un UMTS o una Internet volando. Y si no, que se lo pregunten al tal Waltom.
