Los operadores empiezan a pisar el acelerador del GPRS

Publicado el 13 Dic 2001

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No hace falta incidir una vez más en la larga cadena de anuncios de reorganizaciones empresariales, acompañadas de los consiguientes rosarios de despidos, que han elevado a cientos de miles la cifra de trabajadores que se han quedado sin empleo, dando lugar a una situación cuando menos insólita en este sector de generar puestos de trabajo a destruirlos a manos llenas.

Operadores y suministradores han tenido que aguzar el ingenio para compensar la promesa irrealizada y sobredimensionada de una tercera generación, que no termina de llegar y mucho menos arrancar, con alternativas que hagan posible mantener la rentabilidad de sus cuentas de resultados y la confianza de los inversores.

Este es el caldo de cultivo en el que se está gestando el lanzamiento de GPRS, ese gran desconocido que ha nacido a la sombra de su supuesto hermano mayor UMTS y que tantas veces se ha cuestionado y tanta otras ha estado a punto de convertirse en generación maldita, sin posibilidad de encontrar su lugar entre la telefonía móvil que hoy utilizamos todos y los servicios avanzados que la tercera generación nos promete.

Así que cuando se ha cerrado la puerta al UMTS, como suele ocurrir en estos casos, se ha abierto una proverbial ventana para el GPRS.

Y ese es el clavo, no sabemos si ardiente o no, al que se están agarrando los operadores. No sólo resulta más fácil y asequible de implantar, sino que está aquí y ahora y, a juzgar por los vaticinios de los analistas, tiene un recorrido en el tiempo mucho más largo de lo que inicialmente se había previsto.

Además, con su función de generación intermedia, pero con el suficiente potencial para hacer posible la llegada de la Internet móvil, parece que dispondrá de la fuerza necesaria para dinamizar el mercado, acostumbrar al usuario a utilizar los servicios avanzados que prepararán la llegada de la 3G e impulsar el nacimiento de una industria de contenidos y servicios específicamente diseñados y adaptados sin cuyo concurso ni GPRS ni, mucho menos, UMTS podrá triunfar.

El momento de GPRS parece haber llegado al fin y los operadores, sólo hace falta ver los recientes anuncios de Telefónica Móviles y Amena para darse cuenta de ello, han decidido apostar seriamente por este nuevo negocio ampliando su disponibilidad, hasta ahora exclusiva para las empresas y los profesionales, al usuario de a pie con ofertas y tarifas, que evidentemente deberán evolucionar y perfilarse en el futuro, pero que constituyen un necesario punto de partida si realmente están dispuestos a pisar a fondo el acelerador del GPRS.

La inminente campaña de Navidad parece la circunstancia más propicia para comprobar si realmente el mercado está lo suficientemente maduro para aceptar la generación 2,5 y, por otra parte, contrastar si tiene el fuelle y músculo necesario para convertirse en ese balón de oxígeno del que tan necesitado está el sector, capaz de aliviar la presión competitiva a la que están sometidos los operadores, contribuir a un nuevo despegue de la industria y crear la cultura de los servicios avanzados entre los usuarios.

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Redacción RedesTelecom

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