Sophos ha publicado un informe donde detalla las principales tendencias que han caracterizado el mercado de la seguridad durante el año 2011. Destacan la proliferación de los ciberataques y la selección de nuevos objetivos. Según James Lyne, director de estrategias tecnológicas de Sophos y autor del informe, las plataformas móviles han cobrado un importante protagonismo para los ciberdelincuentes.
Los programas maliciosos para estos dispositivos aún son ciertamente básicos y principalmente están dirigidos a plataformas clave como Android. Lyan señala que se asemejan a los “programas maliciosos creados en los 90 contra los ordenadores de sobremesa”.
Entre las amenazas más extendidas en 2011 está el regreso de los cibercriminales activistas, ya que la motivación económica no ha estado detrás de algunos ataques. También ha aumentado el volumen de código malicioso, de hecho, en la actualidad Sophos revisa más de 150.000 programas maliciosos al día, un 60% más que en 2010. Además, los que perpetran los ataques han comenzado a fijarse más en los sistemas de control de infraestructuras críticas. Otras novedades han sido las llamadas a las empresas para sonsacar información, lo que se conoce técnicas de ingeniería social aplicadas al cibercrimen. Las redes sociales o los sistemas de voz IP han sido otros canales utilizados para obtener datos. Las ofensivas de gran repercusión no se han quedado atrás, empresas de seguridad, bancos o gobiernos han sufrido ataques. Sophos recuerda que la protección básica sigue fallando. El gran reto de 2012 para las empresas consistirá en impedir el retroceso de las funciones de seguridad a medida que adoptan nuevas tecnologías y los ciberdelincuentes amplían sus objetivos. Los nuevos métodos de transferencia y acceso a la información desde diferentes ubicaciones y con variados dispositivos así como los servicios en la nube serán bazas clave en el nuevo año.
“En el año que comienza las empresas se enfrentan al reto de gestionar el aumento del volumen de programas maliciosos e infecciones, sino que también han de mantener la guardia en alto ante los nuevos métodos de acceso a aplicaciones y datos, como los servicios en la nube, que suscitarán un interés renovado”, afirma Lyne. Y es que habrá muchos frentes abiertos en materia de seguridad y, según comenta Lyne, alguno de los desafíos vendrán de la mano de los cambios ligados a las tecnologías web, pero también en lo relacionado con el consumo despreocupado: “Cada vez más empresas intentan incorporar el uso de dispositivos de consumo en los entornos laborales, pero la transición despreocupada sin los controles adecuados provocará un retroceso de la capacidad de protección y abrirá agujeros que deben corregirse”.
