Los operadores se preparan para un cambio tan significativo como es la implantación de las infraestructuras gigabit, que permitirán ofrecer nuevas funcionalidades a sus clientes al tiempo que se consolidan como proveedores de servicios de conectividad inteligente. Sin embargo, esta transformación presenta una serie de desafíos que van desde el aumento de las inversiones y las barreras que genera el cumplimiento normativo (compliance) hasta los cambios en las expectativas de los clientes y los stakeholders.
El equipo global de telecomunicaciones de EYha identificado los diez principales retos a los que se enfrenta la industria en la actualidad:
1. Crecimiento digital y estrategia de diversificación: los modelos de negocio digitales se han convertido en una prioridad para muchos directivos de la industria de las telecomunicaciones, a pesar de que su contribución a los ingresos de las compañías todavía son limitados. A medida que Internet de las Cosas (IoT) y la conectividad 5G ganen importancia en las estrategias de las compañías, la industria deberá revisar su modelo de negocio y aprovechar los factores de crecimiento inorgánico, mediante operaciones corporativas.
2. Exigencias sobre privacidad y seguridad: La confianza en lo digital es un asunto relevante tanto para los consumidores como para las empresas, al tiempo que los reguladores priorizan aspectos con tanto impacto en su actividad como es la protección de datos. Aunque los operadores reconocen el impacto del compliance, todavía se puede hacer mucho más para poner la seguridad y la confianza en el centro de las interacciones con los clientes. La confianza es ahora un atributo clave de las empresas de telecomunicaciones digitales, ya sea para cumplir con la regulación o para generar credibilidad en el servicio.
3. Implantación de iniciativas internas de digitalización: Las estrategias de transformación no son nuevas para los operadores, pero el camino para convertirse en empresas digitales requiere de una clara hoja de ruta. El escenario es complejo, ya que la aparición de tecnologías capaces de transformar un modelo de negocio supone una oportunidad, pero también un reto: los sistemas tecnológicos heredados pueden suponer una barrera para su implantación en una compañía. Es esencial tener una visión integral de las tecnologías emergentes.
4. Planificación y diseño de la fuerza laboral: Los operadores reconocen que todavía existe un déficit de perfiles digitales; sin embargo, desde las empresas no se aborda esta cuestión como una prioridad estratégica. La reconversión es crítica a medida que avanza el ciclo tecnológico. Por eso, un enfoque integral en el diseño de la fuerza laboral es esencial para aumentar la productividad y evitar que se formen nuevos silos organizativos en las empresas. Aumentar el compromiso de los empleados ayudará a las empresas de telecomunicaciones a ofrecer una mejor experiencia a sus clientes.
5. Superar las barreras sobre la inversión: Las empresas de telecomunicaciones de todo el mundo se enfrentan a una nueva oleada de inversiones en redes, desde el 5G y las redes de área extendida de baja potencia hasta la tecnología de fibra “gigabit”. La diferenciación a través de la calidad de la red seguirá siendo vital, pero no será fácil maximizar el retorno de la inversión mientras crecen las exigencias de capital en todo el sector. Desde este punto de vista, el apagón de infraestructuras, la escisión de divisiones de negocio (spin off) y la obligación de abrir redes y servicios a los competidores tendrán más protagonismo en un momento en el que se busca una cartera más diversificada de activos de red.
6. Navegar entre escenarios disruptivos: La demanda por parte de las empresas para conectar dispositivos inteligentes a la red está creciendo, así como la necesidad de aumentar la cobertura de red en zonas remotas. A priori, estos factores ofrecen a los operadores una oportunidad para crear nuevas experiencias para sus clientes, pero también permiten un punto de entrada a compañías disruptivas. A medida que las empresas avancen en el despliegue de la red 5G, mitigar las posibles amenazas disruptivas debería ser una prioridad.
7. Gestión de las carteras de inversión: El crecimiento inorgánico sigue siendo vital para el sector en un momento en que el ritmo de la convergencia se está acelerando. La generación de sinergias tras una integración sigue siendo un hándicap para muchas compañías y conseguir que mejoren los ingresos resulta todavía difícil de lograr. Además, el hecho de que las operaciones de fusiones y adquisiciones se puedan producir entre empresas, con diferentes orígenes y tamaños, puede agravar el reto que supone una integración, por ejemplo, en aspectos como la retención del talento o la incorporación de activos tecnológicos.
8. Adaptación a la regulación: El marco regulatorio evoluciona a gran velocidad con cambios constantes en varios frentes como la liberación del espectro, la protección de datos o la normativa contable. Las empresas del sector de las telecomunicaciones se encuentran cada vez más en el centro de las políticas industriales, sujetas a una creciente variedad de peticiones por parte de los stakeholders. Encontrar el equilibrio entre los cambios regulatorios por parte de organizaciones nacionales e internacionales es hoy algo crítico.
9. Implicación del sector público y del resto de sectores económicos: Las empresas de telecomunicaciones tienen un papel importante como catalizadores del desarrollo de la sociedad digital, pero falta un mayor nivel de implicación con el resto de las industrias y con el sector público. La capacidad de liderar ecosistemas emergentes y presentar propuestas de valor ayudará a los operadores a construir su credibilidad en mercados adyacentes y a aprovechar al máximo sus exigencias de convergencia.
10. Integración de múltiples opciones de innovación: Las estrategias de innovación son tan diversas como maduras. Por un lado, la colaboración con startups facilita el acceso a nuevas ideas, mientras que las actividades de venture capital son cada vez más importantes para el sector. Por otro, las alianzas estratégicas representan una opción para diversificar ingresos con un coste y un riesgo más reducido. En este escenario es recomendable aprovechar estas oportunidades, pero siempre con un enfoque de innovación integral, así como conectar adecuadamente a la organización con estas iniciativas para asegurar que se producen los flujos de comunicación adecuados.