El próximo 12 de mayo es la fecha límite de aplicación de la nueva normativa que obliga a las empresas a llevar un control horario de la jornada de sus empleados con el fin de combatir el fraude laboral. Pese a las opiniones en contra, la nueva ley representa una gran oportunidad de negocio para el canal de distribución. Pese a lo ajustado de las fechas, no parece que haya todavía mucho movimiento en el mercado, seguramente porque no se ha alertado lo suficiente de las fuertes sanciones a las que deberán hacer frente las empresas.
Y es que la nueva normativa considerará una infracción no tener un registro de jornada laboral. Las sanciones más graves relacionadas por enmascarar horas extras o no pagarlas pueden llegar hasta los 187.515 euros y las graves hasta los 6.250 euros, de acuerdo al artículo 7 de la ley sobre infracciones y sanciones en el orden social.
Según confirma Lluis Soler, CEO del comparador de software empresarial Softdoit, dos tercios de las empresas españolas no saben que deben implementar soluciones de estas características. “La Administración debe trabajar más en la comunicación para que las empresas estén al corriente de la nueva normativa”. Según Miguel Fresneda, CEO de Woffu, una firma especializada en soluciones de control horario con clientes como Sony, la aplicación de estas soluciones permitirá controlar las horas extras no tributadas que llegan al 44% del total.
Lo positivo de esta circunstancia es que las empresas muestran preocupación ante la imposibilidad de tener un sistema de control de horario eficaz, según confirma Jaime Rodríguez, director de Canal de Zucchetti. “La nueva ley exige un registro de la Jornada para empleados, algo que no es complejo de cumplir en muchos casos. Sin embargo, la redacción definitiva de la nueva legislación ha resultado muy inferior a lo que se esperaba en un principio”.
Pedro Alcoba, director de contenidos web de Extra Software, explica que tampoco ha ayudado la confusión que ha reinado en materia legislativa. En 2015 la Audiencia Nacional aseguraba que era obligatorio el control presencial para todas las empresas. Sin embargo, dos años más tarde, el Supremo mantenía el criterio de que solo estaban obligadas las que contrataban a tiempo parcial o pidieran horas extras a sus trabajadores. “El Real Decreto ley actual vuelve al criterio de la Audiencia Nacional, y es que con tanto cambio muchas empresas se han despistado un poco”.
¿Cómo funcionaban hasta ahora?
Hasta ahora las grandes empresas utilizaban soluciones a medida para el control horario de sus empleados desarrolladas por consultoras de software que vivían de amoldar soluciones digitales a las exigencias de sus clientes. En el lado contrario, las micropymes apostaban por soluciones sencillas que cumplían con la normativa básica.
En este sentido, son muchos los pequeños desarrolladores que se han lanzado a hacer su agosto y tienen ante sí un interesante mercado por explotar. Como explica Lluis Soler de Softdoit “muchas soluciones a medida ya vienen todas con su API para poderse integrar con los software estándares o los que lo tengan a medida”. Entre las firmas que están apostando por este mercado destacan varias categorías de empresas. Por un lado, están los grandes desarrolladores como SAP, Sage, Wolters Kluwer o Zuchetti que incluyen estas soluciones dentro de una propuesta global de recursos humanos, o bien, apuestan por alianzas con firmas especializadas. También hay que incluir a las firmas tradicionales como Exact o Extra Software que han ampliado sus catálogos de aplicaciones o también han reforzado sus programas de recursos humanos con módulos de control horario. A las anteriores, se se suma un elenco cada vez mayor de empresas entre las que se incluye Beebole, Control Laboral, Factorial, Grupo SPEC, Harvest, Intratime, Robotics, Timenet, Workday o Woffu.