Hay que reinventarse. Así lo requieren los tiempos que vienen. La práctica totalidad de los sectores económicos, sociales, culturales, políticos… están siendo afectados por este tsunami provocado por la Covid-19 del que deben surgir otros modelos de funcionamiento.
Si bien esta idea está presente en todas las áreas productivas, de momento estamos inmersos en un impasse, quizá esperando ver qué hacen otros para mover ficha o quizá sopesando estrategias para ver cuál es la más adecuada. De lo que nadie duda es que en esta década del siglo XXI la tecnología va a ser vital. Su presencia durante esta pandemia se ha convertido en una herramienta útil para luchar contra el virus, ha posibilitado la continuidad de negocios y permitido mantener las relaciones entre las personas, aunque fuera en modo virtual. Y en un futuro es de prever que fortalecerá la resiliencia de países, empresas y personas.
En esta década del siglo XXI la tecnología va a ser vital
Desde la perspectiva clara de que los nuevos tiempos van a requerir imaginación, creatividad y capacidad de innovación nos damos cuenta de que convertirse en un negocio digital ya no va solo de cómo incorporamos la tecnología en nuestras empresas, sino de la forma en que usamos la tecnología para reinventar nuestra organización y encarar los cambios dramáticos.
Los tiempos son otros. Ahora miramos sorprendidos el pasado, cuando las exigencias cortoplacistas de las empresas estaban más centradas en el ahorro de costes y la pura eficiencia, que en el crecimiento y la reinvención. Pero también nos preguntamos ¿hacia dónde vamos? Desde la tecnología tenemos algunas respuestas de futuro, con un denominador común: la colaboración, la suma de las partes, de las que llegará la expansión.
En los próximos años los ingenieros, analistas de datos, científicos, CEO, CMO, CIO… nos vamos a convertir en la siguiente primera línea de batalla porque vamos a tener que crear, ofrecer e instaurar herramientas que den confianza, tranquilidad, perspectivas de evolución y mucha seguridad a todos los entornos profesionales: empresas y trabajadores desde una perspectiva tecnológica. Una perspectiva holística y humana.
En los próximos años los ingenieros, analistas de datos, científicos, CEO, CMO, CIO… nos vamos a convertir en la siguiente primera línea de batalla
Desde Encamina, como empresa tecnológica, encaramos este proceso con una visión clara. Lo primero que hicimos fue rodearnos de talento. Pensamos: “si nuestro objetivo es desarrollar herramientas ágiles y eficaces, que permitan a las empresas mejorar su sistema de comunicación y colaboración, tendremos que contar con el elemento básico para su investigación”. Así que el talento es un elemento necesario para la proyección de las empresas a partir de 2021 cuando gran parte de su actividad puede tener que acabar realizándose de forma telemática.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es la movilidad y ubicuidad en el puesto de trabajo. Este aspecto puede ser una realidad con plataformas VDI (alojamiento de entornos de escritorio en un servidor central), centralitas virtuales, accesos VPN para proteger el tráfico cifrado, los cachivaches inteligentes móviles o soluciones como Office 365 o Dynamics CRM on-line.
Asimismo la implantación interna de una solución BI (basada en PowerView, PowerPivot, SharePoint, Excel y SQL Server), que vincula operaciones (documentadas en Project), con gestión de costes (basada en Navision), con la gestión de clientes (basada en Dynamics CRM) ofrece información diaria de qué pasa y cómo en la empresa con la que se trabaja y se acelera la toma de decisiones.
Otro dato a tener en cuenta en el futuro es la gamificación (técnica de aprendizaje) que podríamos incorporar a la fase de gestión del cambio de proyectos, con Apps que midan, premien y hagan más divertido el uso de las soluciones que implantamos.
Igualmente, pensamos que la factorización de componentes debería llevarse a un nivel más y convertirse en Apps y servicios en la nube para ser reutilizados. Y aprovechar el crowdsourcing o los proveedores deslocalizados, pero expertos en nuestras tecnologías Microsoft, para incorporarlos a nuestra cadena de producción o de I+D+i.
Todo esto conseguirá que además podamos internacionalizar la empresa. Mantendrá el actual modelo, pero llegará más lejos mediante servicios remotos sobre una base de aceleradores y productos prefabricados. La tecnología revolucionará la producción con metodologías de diseño y programación disruptivas, pero sin olvidar el factor humano que está detrás y delante de todos estos avances.