La nueva sociedad, que comenzará a operar el próximo 1 de octubre y empleará a un total de 3.500 trabajadores, se encargará de las actividades de investigación, fabricación y de las operaciones comerciales de los dos grupos.
Según los términos del acuerdo diseñado en abril, Sony Ericsson Mobile Communication nace con un capital social de 550 millones de euros (91.512 millones de pesetas), participado al 50 por ciento por ambos socios y tendrá su sede en Londres.
Con esta fusión, Ericsson y Sony buscan consolidar su posición en el mercado mundial de telefonía móvil, especialmente en el futuro desarrollo de Internet móvil.
Además, con la creación de Sony Ericsson Mobile Communication, ambas compañías harán un frente común que les permita superar la difícil situación económica que atraviesa el sector de las telecomunicaciones.