Otros aspectos reflejados por el estudio de Asociación Nacional de Industrias Electrónicas y de Telecomunicaciones de España (Aniel) apuntan a que el empleo directo generado por este sector aumentó un 6 por ciento y el esfuerzo inversor en I+D totalizó 164.000 millones (986 millones de euros), cantidad que supone el 40 por ciento del total nacional correspondiente a empresas.
Las cifras aportadas por Aniel ponen sobre la mesa la importancia de un sector que, sólo en los últimos cuatro años, ha sido capaz de hacer lo que ningún otro duplicarse en dimensión; reflejando bien a las claras que se trata de una de las locomotoras de la economía española con su indudable y demostrada capacidad para crear riqueza y empleo.
Sin embargo, y valorando en su justa medida estos resultados, no hay que perder de vista que el ejercicio de 2000 no se ha visto afectado por la ralentización y, en muchos casos, retroceso, que hoy afecta con la mayor crudeza al mercado de las telecomunicaciones.
Aunque hasta el momento nuestro país se está manteniendo relativamente al margen de la crisis de las tecnológicas, parece lógico pensar que 2001 será un año más complicado, en el que difícilmente el hipersector de electrónica y telecomunicaciones estará en condiciones de mantener su crecimiento por encima del 20 por ciento, pero que también le va a dar la oportunidad de ofrecer la medida de su solidez y capacidad para afrontar el reto de seguir creciendo.
