El uso y consumo de contenidos digitales se ha normalizado y generalizado entre la población española de tal manera que el 93,3% consume al menos un tipo de contenido digital. Esta conclusión se incorpora en el Estudio sobre usos y actitudes de consumo de contenidos digitales que ha publicado el ONTSI (Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad), adscrito a Red.es y que destaca, desde el estudio anterior que se elaboró en 2016, que no solo se ha incrementado la tasa sino también la frecuencia de consumo de los distintos contenidos.
La Covid-19 ha influido no solo en el consumo que se hizo durante el confinamiento, sino también en el momento actual, ya que un porcentaje considerable de la población consume actualmente más contenidos digitales que antes de la pandemia.
Pero no en todas las franjas de población este consumo se ha incrementado. El 36% de los mayores de 75 años no ha consumido contenidos digitales nunca y el 20% solo de manera excepcional. También el nivel de estudios es un factor diferencial: el 34,9% de la población con estudios primarios no ha hecho uso de contenidos digitales.
No en todas las franjas de población este consumo se ha incrementado
El incremento mayor está en la franja de 14 y 24 años que ya tenían un consumo elevado: el 60% dice que aumentó su utilización de servicios digitales durante el confinamiento y continúa consumiendo más ahora que antes.
En relación con la tipología de contenido, el estudio también indica que el incremento en la tasa de consumo en lo que se refiere a películas, series, vídeos y documentales sube de un 59,5% a un 80,3% en la actualidad, y la música digital ha pasado del 58,1% de la población al 80,1%. Otro caso destacable lo protagonizan los contenidos formativos y educativos, que han pasado a consumir tres de cada cuatro personas por lo que se instauran como uno de los tipos de contenidos más utilizados por las personas entre 16 y 74 años. Los contactos con familiares por videoconferencias y los trámites con la administración por Internet también son dos hábitos que se han incrementado tras el confinamiento.
En función del género, en prácticamente todos los tipos de contenidos siempre es mayor la tasa de consumo por parte de los hombres que entre las mujeres, con algunas pocas salvedades donde se puede decir que la tasa de consumo es prácticamente idéntica como los libros electrónicos o las imágenes digitales. La brecha entre la tasa de consumo de hombres y mujeres es especialmente grande en los videojuegos.
También ha aumentado la frecuencia de consumo de los distintos tipos de contenido. Durante el confinamiento, de manera muy destacada (65,8%) creció la de películas y series. Actualmente, ese incremento sobre todo se produce en el consumo de periódicos y revistas digitales (48,3% de quienes leen lo hace a diario). De igual manera, un 44,9% de quienes escuchan música por medios digitales también lo hace diariamente.
Se ha incrementado también elpago por el consumo de contenidos digitales
Se ha incrementado también el pago por el consumo de contenidos digitales: un 45,8% dice haber pagado en los últimos doce meses por acceder al visionado de películas, vídeos y otros contenidos audiovisuales. Los menores de 35 años son la población que menos paga, y cuando lo hace es para consumir películas, música, videojuegos y contenidos educativos. Los mayores de 35 años sobre todo pagan por libros electrónicos y por periódicos y revistas digitales.
Actitudes hacia el uso y consumo de contenidos digitales
Además de mantener el contacto con los allegados, la Covid-19 ha afianzado la percepción que tiene la población sobre la utilidad social del consumo de contenidos digitales. Casi un 76% considera la gran importancia que tiene para nuestra sociedad el poder disfrutar de estos contenidos digitales.
El estudio refleja también los tres riesgos que la población relaciona con este uso: el potencial aislamiento social, la amenaza para la intimidad o privacidad y la libre circulación de mensajes de desinformación. Un 62,5% cree que las ventajas que proporciona Internet y las nuevas tecnologías superan estos posibles inconvenientes.
Tres riesgos: aislamiento social, falta de intimidad o privacidad y libre circulación de mensajes de desinformación
Respecto a la capacidad de las personas para realizar acciones de seguridad digital, en análisis del estudio concluye que algo más de cuatro de cada diez personas saben hacer todas las acciones de autoprotección por las que se preguntó. En la parte contraria encontramos que el 28,1% de las personas no tienen un nivel suficiente para desenvolverse con seguridad en el entorno digital.
La gestión del tiempo, el ahorro de desplazamientos y una mejor adaptación de los horarios son las principales ventajas que se perciben tanto en el teletrabajo como en el estudio en línea, incluso para el 40% fomenta la autonomía y responsabilidad de los estudiantes. Por contra, la falta de contacto social y la dificultad de mantener una comunicación fluida en el caso de los estudiantes aparecen como los principales inconvenientes.