El denominador comn, salvo honrosas excepciones, son las abultadas prdidas econmicas y los anuncios de nuevas reestructuraciones de plantilla que vienen a engrosar las listas de las ya acometidas a lo largo de 2001 cuyo balance, por el momento, supera sobradamente unas bajas contabilizadas en centenas de millar marcando un rcord, triste, eso s, que difcilmente podra haber esperado protagonizar un sector tradicionalmente generador de empleo y claramente dinamizador de la actividad empresarial de los pases tecnolgicamente ms avanzados. Es decir, que este negocio, por primera vez en su corta historia, empieza a saber qu significa aquello de pasar de las vacas gordas a las vacas flacas.
La entrada en esa nueva fase coincide con la esperanza de unos augurios avanzados por fuentes tan solventes y bien informadas como las autoridades econmicas estadounidenses, que anunciaban un cambio inminente de tendencia en la crisis que haba recorrido la economa mundial en el ltimo ao. A pesar del optimismo del mensaje, la persistente y cruda realidad de los nmeros y las cuentas de resultados pone de manifiesto que todava no es posible hablar de la luz al final del largo tnel y que la locomotora de las TI, lejos de recobrar su velocidad de crucero, avanza al ralent.
Posiblemente haya que buscar ah alguna de las razones que ayuden a explicar esta nueva ola de despidos que de Japn a Estados Unidos, sin olvidarse en su recorrido de, ha sacudido el sector de las Tecnologas de la Informacin y las Comunicaciones en el ltimo mes, sin respetar fronteras geogrficas ni dejar ttere con cabeza, arrojando a su paso un reguero de profesionales que tendrn que pensar en reciclarse o aguantar el tirn a la espera de tiempos mejores que ms vale no tarden en llegar.
Y es que a este sector no se le est dando nada bien gestionar la crisis y se le est atragantando esta transicin entre modelos de negocio en la que se encuentra inmerso.
Frente a un paradigma claramente expansivo, correspondiente a una etapa de emergencia que pareca no tener fin, la definicin y nacimiento de un nuevo modelo, con tecnologas avanzadas de comunicacin como UMTS se contempla como una losa cuyo peso amenaza con hundir a compaas de solvencia reconocida.
Desde esta perspectiva de contradiccin y transicin entre modelos es desde la que hay que entender las decisiones empresariales de tratar de atajar los malos tiempos y los peores resultados utilizando mecanismos correctores tradicionales, lase recortes de plantilla para contener gastos, sin atreverse a apostar por frmulas imaginativas que no descapitalicen a la empresa, o lo hagan mnimamente, del que debe ser el principal activo y el protagonista del nuevo modelo de futuro el factor humano; porque si sobre algo hay consenso en este momento es que el maana va a ser muy distinto del hoy y el elemento diferencial no ser tanto el tecnolgico como la capacidad de desarrollar aplicaciones y servicios imaginativos y, por el momento, salvo que alguien est en condiciones de desmentirlo, el ser humano es el nico capaz de soar.
