El sistema de economía lineal (extraer, producir, desechar), ha dominado el mercado tecnológico durante décadas, generando un gran impacto ambiental, por la gran rotación de dispositivos que conlleva (cada 18 meses de media). Sin embargo, el derecho a reparar, recientemente aprobado por la Unión Europea, representa un cambio de paradigma: una invitación a repensar nuestra relación con la tecnología y a apostar por un modelo de consumo más sostenible. Ahora, el reto está en cómo España adopta esta normativa y la convierte en una realidad tangible antes del 31 de julio de 2026.
El reto está en cómo España adopta la normativa europea de derecho a reparar y la convierte en una realidad tangible antes del 31 de julio de 2026
Cada año, en la Unión Europea se generan más de 35 millones de toneladas de residuos electrónicos y se pierden cerca de 12.000 millones de euros porque los consumidores optan por reemplazar dispositivos en lugar de repararlos. La implementación de la normativa del derecho a reparar busca revertir esta tendencia, asegurando que los fabricantes faciliten la reparación de productos y prolonguen su vida útil. Esto no solo reducirá la huella de carbono del sector, sino que también impulsará el crecimiento económico con un impacto positivo estimado en 4.800 millones de euros en términos de inversión y empleo.
El derecho a reparar no solo es una normativa, sino una oportunidad para que los consumidores y las empresas adopten un enfoque más responsable. En Anovo llevamos más de dos décadas promoviendo la reparación y reacondicionamiento de dispositivos electrónicos, demostrando que no solo es posible, sino también rentable y necesario para un futuro sostenible. En 2024, nuestra estrategia permitió evitar la emisión de casi 90.000 toneladas de CO₂, un dato que refleja el enorme potencial de la reparación para reducir el impacto ambiental.
Sin embargo, el éxito de esta legislación dependerá de la colaboración entre todos los actores: fabricantes, distribuidores, talleres de reparación y consumidores. Las marcas tienen la responsabilidad de diseñar productos duraderos y con alto índice de reparabilidad, mientras que los usuarios deben continuar con este cambio de mentalidad en el que la reparación no es el último recurso, sino una alternativa prioritaria.
La reparación no solo contribuye a la reducción de residuos, sino que también fomenta la innovación
La reparación no solo contribuye a la reducción de residuos, sino que también fomenta la innovación. Al analizar las averías y reparar dispositivos, se pueden proporcionar información clave a los fabricantes para mejorar la calidad y la durabilidad de los productos. En Anovo, colaboramos estrechamente con las marcas para optimizar sus procesos de reparación y contribuir a una tecnología más eficiente y sostenible.
Además, el avance de herramientas como la inteligencia artificial y la robotización nos permite optimizar la identificación y el proceso de reparación en dispositivos, reduciendo costes y tiempos de espera para los consumidores. La clave es integrar la sostenibilidad y la circularidad en cada fase del ciclo de vida del producto, desde su diseño hasta su recuperación.
La implementación del derecho a reparar en España es una gran oportunidad para avanzar hacia una economía más circular y responsable. Pero para que sea efectiva, es fundamental que todos los actores involucrados se comprometan con este cambio. Desde Anovo, seguiremos apostando por la reparación como pilar fundamental de la sostenibilidad y demostrando que prolongar la vida útil de los dispositivos no solo es posible, sino imprescindible para el futuro del planeta.
Reparar no es solo una opción: es una necesidad. Ha llegado el momento de transformar nuestra manera de consumir tecnología y adoptar un modelo más consciente y sostenible. ¿Estamos preparados para el cambio?