Cuatro grandes retos en la adopción de cloud computing

Publicado el 09 Dic 2010

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El cloud computing está originando una especie de revolución en las TI porque permite acceder casi instantáneamente y, como si de un autoservicio se tratara, a una amplia gama de servicios online, que se pagan siempre en función de lo que se utilizan. Las TI pueden crear nubes privadas o internas para responder de una forma más rápida y eficiente a la demanda de todo tipo de negocios, con servicios que se pueden ampliar o reducir gracias a un fondo compartido de recursos. De esta manera, las TI pueden centrarse en sus competencias básicas mediante el uso de los servicios públicos en la nube para proporcionar recursos adicionales o manejar las capacidades no básicas.

Pero aunque la promesa es real, también lo son los retos. Las preocupaciones en la adopción del modelo de cloud computing se dividen en cuatro categorías: la seguridad, el rendimiento y la fiabilidad, la pérdida de control y el paso a producción.

En primer lugar, destaca la seguridad, ya que las regulaciones existentes obligan a ser extremadamente cautelosos con los datos, con graves consecuencias jurídicas en caso de que éstos se vean comprometidos. Muchas empresas no están cómodas con el hecho de que sus datos no se encuentren bajo su control. Y esta inquietud pronto se convierte en temor cuando se añade el hecho de que los servicios cloud son inherentemente multi-arrendatario, lo que significa que otras empresas, incluso competidoras, se encuentran compartiendo los mismos recursos de hardware.

La segunda preocupación importante atañe al rendimiento y la fiabilidad. Aunque puede establecerse un acuerdo de nivel de servicio para satisfacer las demandas de varias empresas, siempre hay un pequeño margen para el error y los departamentos de TI se preocupan por la salud de sus aplicaciones en el caso de que el proveedor tenga una degradación del rendimiento o una interrupción del servicio.

“Cloud computing” es igual a pérdida de control
La tercera preocupación es la pérdida de control. Las empresas no se atreven a transpasar las aplicaciones y datos de misión crítica, como puede ser la gestión de clientes (CRM), a una compañía externa sobre la que tienen mucho menos control, ya que cualquier problema con el proveedor de servicios podría poner en peligro su negocio. Las empresas, además, siguen teniendo miedo a ser demasiado dependientes de sus proveedores de servicios cloud, aunque éstos sean grandes y estables.

Por último, el cloud computing plantea la cuestión de cómo pasar el entorno de producción, ya sea parcial o totalmente, a la nube, sin interrumpir el negocio. En este sentido, será necesario capturar el estado y los datos de aplicaciones y servidores, almacenar dicha información para permitir su recuperación si fuese necesario y, por último, realizar la migración en sí misma.

Prestación ágil de servicios cloud
Fundamentalmente, el cloud computing es una nueva manera de entregar, consumir y gestionar la tecnología, y las TI ayudan a cualquier organización a superar todas estas dificultades ofreciendo capacidades como la gestión de la virtualización, el aprovisionamiento dinámico, el autoservicio, la medición de recursos, la planificación, la seguridad, el rendimiento, la disponibilidad y el soporte necesarios para prestar los servicios cloud eficazmente y para consumirlos responsablemente.

Y para seguir mejorando el valor que ofrecen al negocio, las TI necesitan de la gestión que les ayudará tomar decisiones objetivas basadas en datos sobre qué servicios deben crearse o tomarse de la nube, qué servicios cloud públicos utilizar y cuándo, o cómo orquestar dinámicamente todo tipo de entornos, ya sean internos, externos, virtuales o físicos.

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Jordi Gascón

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