Centro de Proceso de Datos: escoger el cableado adecuado

Publicado el 28 Jul 2009

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Por Carrie Higbie, global data centre director for network infrastructure experts de Siemon. El Centro de Proceso de Datos (CPD) es el motor para la infraestructura de sus sistemas informáticos, y por tanto, de su negocio. Asegurar una red fiable, capaz de soportar un CPD significa instalar una infraestructura de cableado estructurado que soporte los requisitos futuros de los sistemas informáticos. Entender los retos de un CPD y las técnicas para alcanzarlo es crucial. El tiempo es una consideración central al planificar el cableado de un CPD. Aproximadamente la mitad de cableado de plantas alargan su ciclo de vida a más de 20 años, lo que convierte a los 10 últimos en una auténtica pesadilla y supone un coste superior a la instalación de un sistema nuevo, pese a las molestias que reemplazarlo supone. Cuanto más está un cableado en funcionamiento, más difícil es evitar las caidas por reemplazo y los costes de las mismas. De forma ideal, un sistema de cableado debería ser capaz de soportar un CPD por 10-15 años pero los requisitos de los entornos de elevado rendimiento evolucionan rápidamente, por lo que los responsables de cableado deben prestar particular atención a las infraestructuras, prepararlas para el futuro e intentar evitar cambiar los armarios y cableado durante amplios periodos de tiempo una vez instalado. Lo que sí cambiará, y de forma relativamente fácil, es el equipo que se instala en el interior de los cabinets. Se espera cambiar el equipamiento activo al menos 2 o 3 veces a lo largo del ciclo de vida del cableado.

Escoger un cableado a prueba de futuro es un reto complicado debido a la naturaleza propia del desarrollo tecnológico y lo poco previsibles que resultan las estrategias informáticas futuras. Un responsable de CPD puede planificar una compleja red para el área de almacenamiento y tales sistemas demandarán sus propias estructuras de cableado específicas; la virtualización condensa diversos sistemas en una estructura “blade”. Planificar cableado para múltiples generaciones de electrónica activa requiere un enfoque abierto y flexible. La actuación inteligente para propocionar un sistema a prueba de requisitos tecnológicos no previstos y futuras tendencias de cableado es adoptar un enfoque estructurado. En un CPD, el cableado estructurado es imperativo para reducir complejidad y aumentar la flexibilidad. Tradicionalmente, los servidores se conectaban directamente de un puerto a una conexión de red. Esto vinculaba el cable al equipo y significaba que cuando el equipo era reemplazado, el cable se abandonaba, convirtiéndose en un cable no utilizado que ocupaba espacio bajo el suelo. Los sistemas estructurados solucionan el problema conectando el cable a un entorno de parcheo. El equipo del CPD consigue así la máxima flexibilidad y usabilidad de puertos y facilita el cambio de equipo de red para cumplir demandas futuras.

Cambio de requisitos en el CPD
Actualmente, 10Gbit Ethernet se considera el de mayor rendimiento en las estructuras del CPD, pero la IEEE ya está trabajando en el estándar 100 Gbit, que soportará conexiones de mayores velocidades gestionando tráfico de otro equipo de red. Los CPDs con muy elevadas cargas de datos se están gestionando actualmente con agregación de switches, pero este incremento de complejidad crea retos de funcionamiento. Muchas compañías se enfrentarán a esto en el futuro.Mientras piensan en soportar estos futuros nuevos estándares de Capa 2, los responsables de infraestructuras deberían prestar atención a las normativas de cableado existentes que proporcionan información útil para el diseño de infraestructuras de cableado actuales; estandarizaciones de clases de fibra, longitudes de cableado, categoría 6A, categoría 7… etc.

Si se instala cableado en un CPD con cableado previo, una auditoría adecuada, del cableado y del equipo, es crucial para que el proceso de diseño funcione adecuadamente. Es importante instalar el nuevo sistema en conductos adecuados y mantener el cableado antiguo en conductos bajo control o retirarlo. Sino, se pone en juego el rendimiento de la transmisión; el flujo de aire y cualquier señal eléctrica de los viejos cables en uso, si se utilizan, combinado con dobleces inevitables en conductos e cableado bastante llenos, crearán problemas de transmisión.

Decidir qué cableado utilizar es una ecuación simple: a más avanzado sea su rendimiento, mayor será su vida en funcionamiento. Se debería apostar por soluciones de categoría 7 de cobre para las interconexiones y OM3 para las estructuras verticales para una mayor duración de vida, aunque actualmente hay nuevos estándares en desarrollo por parte de los fabricantes. El objetivo es obtener el máximo rendimiento con la mayor garantía posible. La categoría de cableado debe depender de dos cosas: la velocidad a la que se quiera transmitir y la distancia que se quiera cubrir, aunque este último factor puede no ser muy importante dependiendo de las características del proyecto. Instalar la cantidad correcta de cobre y de fibra ayudará a dotar de capacidad al sistema, para cuando sea necesaria utilizarla. Multimodo e idealmente la mayor categoría OM3 posible proporcionará a los CPDs capacidad ante los requisitos futuros.

En entornos de CPD de mayor rendimiento, debe utilizarse algún tipo de solución blindada o apantallada para evitar la diafonía con otros cables. El cableado apantallado proporciona otro nivel de protección también contra fuentes de alimentación de corrientes externas.

Instalar con la mínima parada de los procesos del CPD es un reto clave, y debe hacerse con un enrutado correcto en conductos y espacios para asegurar que el cableado está en los pasillos calientes y con los mínimos bucles de servicio posible. Será necesario garantizar que las funciones críticas para el negocio están protegidas durante la instalación del nuevo cableado.

Los cables conectorizados son interesante para los CPDs y aplicaciones de backbone donde las distancias son razonablemnte predecibles y pueden determinarse con facilidad. Éstos pueden llegar a suponer una reducción del 75% del tiempo de instalación, comparado con cables terminados in situ. Los cables con códigos de color, que varía según las funciones/equipos a las que se vinculan, o las aplicaciones que soportan, pueden ayudar a los equipos de mantenimiento en su labor.

La instalación debería realizarse por profesionales certificados y no manipularse, ya que estas manipulaciones posteriores pueden degradar en cierta forma afectando al rendimiento. Los cambios siempre deben quedar documentados, y no deben realizarse nunca de forma improvisada, siempre pensando en una mayor comodidad si se requiren cambios posteriores.

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Carrie Higbie

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