“Big Data” se ha convertido en el sobrenombre de múltiples productos de Tecnología de la Información. Es uno de esos términos mágicos que aparecen periódicamente en la industria informática y que consiguen condensar, en una expresión breve y fácil de recordar, un concepto complejo.
Las tecnologías en las que descansa son una consecuencia del crecimiento exponencial de los datos que se generan en cualquiera de nuestras actividades diarias. Entramos en la época donde las cantidades de información se han de medir en términos de Petabytes, cuya dimensión empieza a ser difícil de imaginar.
Cualquier tipo de actividad actual que se apoye en medios tecnológicos verá como los datos no directamente operativos, pero llenos de significado, elevan varios órdenes de magnitud su volumen. Esos datos, que en algunos medios se ha dado en llamar “Dark Data“, son en realidad una nueva fuente de información y en consecuencia de toma de decisiones. Aprovecharlos adecuadamente, y hacerlo a tiempo, puede ser una ventaja competitiva fundamental.
Sin embargo, el almacenamiento de grandes cantidades de datos y su procesamiento puede no ser en sí mismo suficientemente útil. Los humanos tenemos una capacidad de asimilación no extensible y cualquier persona contemporánea tiene cada día a su alcance mucha más información de la que generaciones anteriores tuvieron durante toda su vida. Hace tiempo que nuestra capacidad de asimilación efectiva se ha visto ampliamente rebasada.
Es importante, por tanto, que cualquier solución tecnológica vaya mucho más allá de dar solución a las tres “V” consideradas como definición canónica de Big Data: volumen de almacenamiento, velocidad de crecimiento y variedad de formatos. Es imprescindible que el procesamiento de esas ingentes masas de datos se conviertan en información por un medio que conecte directamente con nuestra capacidad de comprensión, es decir: la visualización. La información representada de forma visual no requiere de reflexión previa para su entendimiento, y el límite de 7 +- 2 conceptos simultáneos que describió George Miller como tope humano, no se ve afectado por ella.
Sólo mediante técnicas adecuadas de representación visual, que suponen un punto de encuentro entre el arte, la ciencia y el diseño, podremos pasar de la mera representación de la información a su verdadero descubrimiento. Y ése es el verdadero valor añadido que ha de facilitar Big Data: sacar conclusiones nuevas sobre nuestro negocio o actividad… en el mismo momento en que los eventos ocurran.