Alta velocidad. Dos pasos más en el caminar de las telecomunicaciones

Publicado el 11 Oct 2001

78292_20

Ha coincidido en el tiempo la resolución de dos contenciosos que habían traído por la calle de la amargura a este sector no sólo en los últimos meses, sino incluso podríamos decir años, sin temor a equivocarnos o pecar de exagerados la apertura a la competencia del bucle local y la reducción de la tasa por uso del espectro radioeléctrico.

La apertura de la también denominada última milla, el buque insignia de la desregulación del mercado español de telecomunicaciones, cumpliendo el retraso de rigor y casi obligado que ha caracterizado a este proceso, a día de hoy es posible decir que se ha alcanzado, al menos nominalmente, tras la apertura de la primera central de Telefónica a cinco de sus competidores.

Eso sí, también en línea con lo que ha venido siendo norma durante este largo peregrinaje desde el monopolio hacia la competencia, la tan esperada liberalización del bucle se ha efectuado en medio de la polémica y el intercambio agrio de acusaciones entre unos y otros operadores.

Al reproche de que Telefónica defendía con uñas y dientes este activo de uso exclusivo y tan crítico para llegar a la casa del cliente, ésta se ha defendido con el argumento de que los demás operadores no debían estar tan interesados en la cuestión cuando no han plasmado las peticiones de presencia en sus centrales más que en un número tan escaso que podría contarse con los dedos de las manos.

Como en toda polémica, la verdad no se inclina únicamente y de forma absoluta sobre uno de los platillos de la balanza. Muy probablemente tanto los unos como el otro tenga su buena parte de razón o de sin razón.

Lo que hay que pedir de su responsabilidad y buen criterio es que alcancen el necesario equilibrio y compromiso entre sus planteamientos de negocio para que sean capaces de trasladar a los usuarios las ventajas reales de la liberalización, que buena falta nos hace a todos.

También resultará beneficioso para los consumidores, empresariales y de a pie, la reciente rebaja aprobada por el Gobierno de la tasa que graba el uso del espacio radioeléctrico por parte de los operadores móviles.

La solución al espectrazo, cuyo nacimiento ya estuvo marcado por una improvisación que no sólo no resolvió el entuerto que pretendía remediar, sino que además llevó a los operadores a grados de incertidumbre extremos, no ha satisfecho a casi nadie.

Frente a la, en principio, buena noticia de que la tasa se reducía globalmente en 100.000 millones, las reacciones y las críticas en contra, por escasa, no se han tardado en dejar oír, quizá porque cuando se trata de pagar menos a todos nos parece pequeña cualquier reducción, sea cual sea su cuantía.

Por el momento, y con independencia de que para algunos operadores el pago de esta tasa suponga llover sobre mojado y poner un guijarro más en su camino, resulta un paso adelante para todo el sector por lo que tienen de elemento de definición del marco de actuación en el que tendrán que trabajar a corto plazo.

Aunque ambas medidas no sean más que dos pasos, probablemente no los más pequeños en el largo discurrir de las telecomunicaciones en nuestro país, tampoco está de más recordar que para poder correr primero hay que caminar y apreciar en lo que valen ambas iniciativas.

¿Qué te ha parecido este artículo?

Tu opinión es importante para nosotros.

R
Redacción RedesTelecom

Artículos relacionados

Artículo 1 de 4