La campaña es “altamente emocional”, declara Armin Hessler, director de Information Services Management del Grupo Vodafone, quien reconoce que los beneficios de reducir el número de desplazamientos a cambio de una mayor incorporación de servicios de videoconferencia redundan “en la calidad de vida de los empleados que tienen más tiempo para su familia, en una mayor conservación del medio ambiente y en la productividad de la empresa al reducir gastos”. Precisamente en este último punto, la operadora británica tiene previsto ahorrarse hasta 40 millones de euros a lo largo del próximo año recurriendo a alternativas frente al recurso de tomar un vuelo para pasar varios días en otro país gestionando trámites o cerrando acuerdos.
Para llevar a cabo el despliegue de videoconferencia, Vodafone ha acudido a la noruega TANDBERG, con la que lleva trabajando desde principios de 2004, cuando la EITO (European IT Operations) de Vodafone decidió abordar el proyecto de comunicación por videoconferencia para cubrir los 18 países donde la multinacional británica está presente.
El proyecto de implantación se ha desarrollado en varias fases: la primera de ellas consistió en la realización de test de prueba donde se verificó la fiabilidad de los equipos de TANDBER, pensemos que antes de decantarse por este fabricante, “Vodafone ya contaba con sistemas de videoconferencia de múltiples proveedores, con tasas de fallos que alcanzaban el 35 por ciento”, recuerda Armin Hessler, que reconoce cómo la compañía “contaba con dispositivos de siete fabricantes diferentes de equipos de videoconferencia”.
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