Nos encontramos en un entorno mundial marcado por la volatilidad económica y la incertidumbre con tensiones geopolíticas y disrupciones tecnológicas que han pillado a Europa a medio camino. En este contexto, “las empresas de telecomunicaciones siguen sufriendo por conseguir un retorno de la inversión por debajo del coste de capital. Tan sólo hay dos excepciones: Telefónica y NOS”, ha comentado Diego Martínez, CEO de Ericsson Iberia en un desayuno de prensa realizado por la compañía en sus oficinas.

Y es que, según el directivo, el exceso de oferta y la abundancia de operadores activos, está elevando la competición por nivel de precios y empujando a la industria a agrupar sus activos mediante joint venture o asociaciones estratégicas para conseguir más valor. No en vano, el viejo continente, además de enfrentarse a retos financieros, también tiene que lidiar con un ecosistema fragmentado que se mueve a varias velocidades. Prueba de ello es el despliegue de 5G. Tan sólo Alemania despunta en 5G autónoma, en el resto de la región la 5G NSA sigue siendo la mayoritaria. Cuestión de prioridades.
La implantación de fibra en el país germano deja mucho que desear, su foco se ha puesto en las redes móviles. En España, por el contrario, podemos presumir de fibra óptica (estamos en el número 9 del ranking de Ookla), pero en móvil nos quedamos en el puesto 56. Bien es cierto que nuestro país está algo mejor que la media europea, pero se sitúa por debajo de países como Estados Unidos, China o India donde la cobertura supera el 90%. No es de extrañar teniendo en cuenta que sólo Telefónica y Orange han activado la versión independiente de la quinta generación de redes móviles. Así pues, Martínez se aventura a vaticinar que hasta dentro de dos o tres años no llegaremos a esos horizontes de cobertura en 5G SA que ostentan otras economías. Eso sí, aunque “queda un recorrido importante”, vamos por el buen camino con la puesta en marcha por parte del Gobierno de planes que agilizan la gestión del espectro, que valoran más la cobertura que la monetización o que impulsan la 5G rural.
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Despliegue de 5G SA: definición de casos de uso
Para lograr tales ambiciones, el auténtico driver vendrá de la definición de casos de uso masivo no tanto en consumo, como en el ámbito empresarial. “Todavía nos queda mucho por ver en 5G en cuanto a monetización, casos de uso y desarrollo”, ha declarado. La 5G comenzará a expandirse más allá de los sectores tradicionales para desembarcar en logística, utilites, defensa o seguridad ciudadana, entre otros. Ganando terreno, incluso, en las oficinas y empresas en tanto en cuanto permite una diferenciación de servicios por capas que la red Wi-Fi, ni siquiera Wi-Fi7 ofrece. Gracias a redes privadas virtuales, WWAN, redes privadas puras y duras, redes de misión crítica y 5G NTN.
Además, la evolución de dispositivos va a ser acelerada y la auténtica revolución llegará de los coches 5G pasando de los 4 millones (sobre todo en China y Estados Unidos) a 46 millones en 2028 a nivel mundial. Sin olvidar, la evolución de las redes 2G -todavía muy asentadas- a las 5G en la industria de Internet de las cosas.
Mientras tanto se seguirá investigando en 6G, cuyo estándar verá la luz este otoño y cuyos primeros despliegues no se esperan hasta 2030. No obstante, si el sector no ve claro el retorno de desplegar estas redes, no priorizará proyectos de este calado…
Sea como fuere, también la Comisión Europea deberá ponerse las pilas con tomas de decisiones mucho más rápidas y trámites legislativos y burocráticos mucho más cortos. Además de pasar de un esquema de hiperreglamentación y pro consumo, a una reglamentación no tan estricta y pro industria. “Somos firmes defensores de los informes Letta y Draghi en los que se habla de tres áreas de consolidación en Europa: finanzas, energía y telecomunicaciones”, ha matizado.
Redes programables: las redes como una herramienta de software
Precisamente relacionado con 5G, otro foco de atención para Ericsson -y también para Europa-, son las redes programables. La visión de la compañía es que todos los operadores sigan invirtiendo en 5G SA y ellos continuar trabajando para “tener redes más robustas” y preparadas para las nuevas necesidades. “Incorporando IA, app y cloud conseguiremos que las redes sean programables, convirtiéndolas en una herramienta de software”, ha indicado Diego Martínez. De esta manera se podrán programar para poder mejorar la capacidad preventiva de diagnóstico, la eficiencia energética y la gestión del espectro. mejora la eficiencia energética y la gestión del espectro.
Y una vez que son programables, estas redes se abrirán a los desarrolladores. De ahí la iniciativa ADUNA, la empresa conjunta de Ericsson (que ostenta el 50% de participación y que fue puesta en marcha a través de Vonage, proveedor estadounidense propiedad de la firma sueca) – y operadores móviles globales (Airtel, America Móvil, AT&T, Deutsche Telekom, Jio, Orange, Singtel, Telefónica, Telstra, Verizon y Vodafone), para monetizar 5G. Se trata de una plataforma global de API para redes que trabaja con Google para la comercialización.
Resultados y prioridades de Ericsson de cara al futuro
Con 9.930 millones de ingresos brutos, un ebita de 2.480 millones de euros y unas ventas de 22.100 millones de euros, la compañía cerró 2024 progresando en iniciativas estratégicas como las redes programables, soluciones 5G y el impulso de las API de redes. También experimentó una estabilización del mercado de radio y un regreso al crecimiento en las ventas de redes en el cuarto trimestre del ejercicio.
Con estos datos en la coctelera, de cara al futuro Ericsson aspira a liderar el mercado mediante nuevos acuerdos para mejorar la infraestructura de los clientes y trabajar en nuevos modelos de negocio; creando más valor a través de un portfolio que permita “desplegar las mejores redes para incrementar la penetración de la banda media” y desarrollar a sus empleados, fomentando y optimizando las competencias de su personal. Un personal, que en menos de dos años se mudará a unas nuevas oficinas centrales en Madrid cuya ubicación aún se desconoce y que tendrá que dar cabida a 900 personas y contar con 13.000 metros cuadrados.