La era digital estará constituida por un abrumador número de conexiones tanto de personas como de máquinas. La Internet de las Cosas, la ultramovilidad y la hiperconectividad exigen responder a ese celérico y gigantesco intercambio de datos con redes aptas. Unas redes intuitivas, humanas, inteligentes, preventivas, capaces de anticiparse, adaptarse y de aprender y, sobre todo, de protegerse ante cualquier intromisión o amenaza de forma constante. Y en esto es en lo que trabaja Cisco: en una arquitectura provista de encriptación y con capacidades de analítica predictiva y de verificación. Con ella se podrán realizar millones de conexiones en minutos, será “una red para una nueva era”, como ha señalado Santiago Solana, vicepresidente para el sur de Europa de la multinacional en el marco Cisco Live 2018, un evento que la multinacional celebra en Barcelona del 29 de enero al 2 de febrero y en el que se han dado cita 14.500 personas (2.000 más que en la edición anterior celebrada en Berlín el año pasado). Un éxito de convocatoria del que, por ahora, ha sido “el mayor evento organizado nunca en Europa por Cisco” -como lo ha calificado Solana- y que ha animado a la compañía a repetir la localización para las próximas ediciones de 2019 y 2020.
La idea que tiene en mente la firma es “ser la compañía que va a facilitar la plataforma inteligente y segura para la transformación digital”, ha señalado el directivo. La cantidad de información que se va a producir con los sensores y las personas hay que procesarla, analizarla y tomar decisiones en función de ella y de forma segura. Todo ello desde el origen de esa información, desde donde se produce, desde el extremo. Pero no sólo se trata de Edge computing; también se fundamenta en la capacidad de aportar inteligencia distribuida en la red, de Fog computing. Mezclando estos componentes y la ayuda de las partners, la fórmula está lista para meter en el horno.
Epicentro: el cliente digital
Sin embargo, el ingrediente principal de la receta es el propio el cliente. Es el verdadero protagonista, como ha indicado José Manuel Petisco, director general de Cisco España. Tomando esa sentencia de que “el dato es el nuevo petróleo”, el máximo responsable de la compañía en nuestro país ha reconocido que el dato es el único recurso que se puede reutilizar y que cada vez tiene más valor. “La información es lo más valioso en la Red y la información pertenece al cliente”, ha subrayado.
En su intervención, Petisco ha destacado que desde el punto de vista de la empresa, la disrupción digital se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los ejecutivos de la industria. Mientras que, desde la perspectiva del usuario, la digitalización está en su día a día. El consumidor ofrece su privacidad a cambio de una mejor experiencia móvil. Sobre todo las nuevas generaciones. Según datos de Manpower, en 2020 el 24% de la población activa será generación Z (nacidos a mediados de los 90, principios de 2000). A día de hoy la componen en nuestro país 7 millones de personas, que son cien por cien móviles y que están esperando unas experiencias digitales diferentes. Tales experiencias vendrán marcadas por varias tecnologías. A saber: Se impondrá la omnicanalidad (redes sociales, mensajería), la hiper-personalización (telemetría, analítica y BD), la Inteligencia Artificial (Machine Learning, virtual assitants, BOTS), los expertos remotos (colaboración y vídeo), la entrega inmediata (M2M, IoT) y la fusión de lo físico y lo digital (RV y A). Sin olvidar Blockchain, área en la que Cisco ya está trabajando con un equipo de expertos dedicado.
No obstante, el cliente es el centro de todo, lo bueno y lo malo. Hacia él van dirigidos los ataques de seguridad. Vitor Ventura, security researcher en Cisco Talos, así lo ha manifestado. En su opinión, las amenazas están cambiando; aunque el número de vulnerabilidades es estable (no aumenta), sigue siendo un volumen elevado y, lo que es peor, cada vez más ganan en complejidad. “Ahora los criminales están cambiando el foco; el blanco ya no está en la infraestructura, sino en el usuario”, corrobora. De ahí que la seguridad sea un elemento clave de las nuevas redes.
Transformación del BBVA
La digitalización no sólo está en la sociedad, ya ha llegado a las empresas. Un claro ejemplo de esto último es el ambicioso proyecto de transformación digital acometido por el BBVA y que Iñaki Bernal, CTO de la entidad ha explicado en Cisco Live 2018. El impacto regulatorio (la normativa europea PSD2: la apertura por parte de los bancos de sus servicios de pago a terceras empresas que podrán tener acceso a las cuentas de los clientes previa autorización de estos. Supone que las entidades bancarias tienen que publicar una API para que los clientes puedan ceder sus datos), el aumento de clientes digitales (en la actualidad ejecutan más de 30 transacciones a través de su aplicación, frente a las tres que ofrecían hace unos años) y la irrupción de nuevos actores (Google, Amazon, Salesforce o Facebook … compañías que compiten con ellos y que les convierten en utilities) les obligó a transformarse para no desaparecer. “Necesitamos construir y operar cada vez mejor software para ofrecer mejores servicios a nuestros clientes para los que la tecnología ha llegado a ser algo fundamental para su experiencia”, detalla.
La solución ha sido la construcción de una única plataforma global, cloud y bancaria sobre la que se desarrolle software: ETHER. En ella han apostado firmemente por el open source y por la automatización. Construir tecnología sobre una nube privada pero que se pueda llevar a la nube pública. De 140.000 empleados, 60.000 trabajan en servicios centrales de los cuales 10.000 son developers que están produciendo programas. La estimación es que en poco tiempo otros 15.000-20.000 se van a convertir en desarrolladores de software que elaboran código para llevarlo a un entorno productivo. “Los bancos manejamos un dato tremendamente crítico: el dinero de las personas y eso exige unos requisitos de seguridad tremendamente altos”, puntualiza. En 2016 la entidad ya contaba con 2,5 petabytes de datos útiles y en 2020 espera superar los 100 petabytes. Con 400 millones de líneas de código, cuenta con un nutrido equipo trabajando en el desarrollo de software que le permita, por ejemplo, poner una nueva funcionalidad en su app en minutos, no en meses como ocurría antes, y a un coste mucho menor.
“Pero no es un tema de construir tecnología, el reto importante es hacer esto sostenible. Generar el mismo círculo virtuoso porque la tecnología que usamos hoy estará obsoleta en breve y esto implica crear un ecosistema de developers”; de ahí las iniciativas de incentivación de talento Tech U! (BBVA Tech University) o Ninja Academy o de formar joint ventures con diferentes startups. Para hacer realidad este ecosistema necesitan de la colaboración de partners, entre los que se encuentra Cisco.