El cambio climático está provocando el aumento en los últimos años de desastres naturales como incendios, inundaciones o huracanes. Ante tales situaciones, la rapidez del personal de emergencias es vital y hoy en día encuentran en la tecnología un gran aliado en su misión. Como por ejemplo las redes inalámbricas privadas que, combinadas con tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA), dispositivos de la Internet de las Cosas (IoT) y drones conectados, proporcionan soluciones críticas para la gestión de emergencias.
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Redes privadas como nuevas herramientas de seguridad
Las redes inalámbricas privadas proporcionan canales de comunicación dedicados y fiables frente a las redes públicas que pueden estar sobrecargadas e, incluso, no existir. Estas redes garantizan la fiabilidad con el máximo nivel de seguridad, permitiendo una comunicación ininterrumpida incluso cuando fallan las públicas por estar congestionadas o colapsar por la gran demanda o los daños a la infraestructura. La red inalámbrica privada ofrece una plataforma resistente y segura.
Para ello, en el momento de la catástrofe se ponen en funcionamiento en la zona afectada redes de radio transportables en contenedores de carga con mástiles extensibles, cajas de transporte o -en su forma más pequeña- en una mochila, que se conectan al centro de control de operaciones local. Además de la tecnología de antenas, una red privada de campus también consta de un servidor central de borde, que asume el control de la red de radio temporal directamente in situ, ya que la conexión con las redes públicas y los sistemas de servidores puede interrumpirse. Los dispositivos finales preconfigurados, como drones para el conocimiento de la situación, radios de voz para la comunicación entre los servicios de emergencia o tabletas, pueden conectarse a la red privada de campus.
En este sentido, Nokia tiene en marcha un proyecto junto a Tele2 para reaccionar a tiempo frente a incendios forestales como explica Dr. Rolf Werner, responsable de redes móviles en Europa de Nokia:“AirForestry AB, en colaboración con Tele2 y Nokia, ha desplegado una red móvil privada 5G de última generación para controlar drones de alta capacidad para el desbroce de bosques, una medida fundamental para reducir el riesgo de aparición de incendios forestales. Este enfoque innovador no solo demuestra la capacidad de las redes privadas para gestionar tareas complejas en zonas remotas, sino que también destaca el potencial de estas redes para apoyar a los equipos de respuesta a emergencias en operaciones en tiempo real”.
Gestión de grandes cantidades de datos
Pero junto con las redes privadas inalámbricas también entran en juego otros componentes como la IA. Gracias a la tecnología de moda se puede procesar enormes cantidades de datos de diversas fuentes para predecir focos de inundaciones, deslizamientos de tierra u otras catástrofes. Por otro lado, los algoritmos de machine learning identifican patrones y correlaciones en los datos para estudiar la probabilidad y el comportamiento de estos eventos.
Así las cosas, los modelos basados en IA sugieren estrategias óptimas de contención y evacuación proporcionando a los equipos de intervención información práctica para tomar las decisiones de una manera eficaz. Según el Informe de Digitalización Industrial 2024 de Nokia, el 39 % de las empresas que desplegaron redes inalámbricas privadas han implementado desde entonces edge computing o nuevas selecciones de dispositivos industriales para impulsar la digitalización y respaldar tecnologías complementarias como la IA y la analítica. El otro 52% tiene previsto hacerlo. Y es que, esta integración mejora la capacidad de las redes privadas para soportar aplicaciones avanzadas de IA, lo que refuerza aún más las herramientas predictivas y analíticas a disposición de los equipos de respuesta a emergencias.
La intervención de los sensores
Otro de los ingredientes clave para la gestión óptima de catástrofes naturales radica en la integración de los dispositivos del Internet de las Cosas, como sensores de temperatura y de detección de humo y calidad del aire permite recopilar datos granulares, ofreciendo una visión completa de la situación. Supervisan continuamente las condiciones ambientales, enviando alertas a tiempo real. Permiten una mejor coordinación que conduce a una respuesta más eficaz, ayudando también a un análisis posterior del incidente.