En 2022 cambiaron tres factores clave que eliminaron importantes obstáculos en el camino de los casos de uso privado de 5G. Se abre el camino para que 2023 sea el año de las redes 5G privadas.
Por supuesto, ya tenemos redes 5G públicas, aunque el despliegue sigue siendo lento en algunos países. Me refiero al uso de 5G para grupos de usuarios y sitios privados y cerrados: una empresa, una fábrica o un campus, por ejemplo.
El primer obstáculo fue el espectro. Uno de los aspectos más apasionantes de las comunicaciones móviles es la interacción entre tecnología y regulación. Sin el fomento activo y la autorización del espectro por parte de los gobiernos, no habría existido industria móvil. Ese proceso continúa con cada nueva generación móvil, y la 5G no es una excepción.
“Se abre el camino para que 2023 sea el año de las redes 5G privadas”
En una fase temprana de la evolución de la 5G, los gobiernos proporcionaron el espectro necesario a los operadores de redes móviles (ORM), normalmente mediante subastas. En Reino Unido, por ejemplo, la primera subasta de espectro 5G del regulador Ofcom concluyó en abril de 2018, y EE, O2, Vodafone y Three obtuvieron parte del espectro.
En aquel momento, poca gente miraba más allá del uso de la 5G en las redes móviles públicas. Pero desde entonces ha quedado muy clara la ventaja que el 5G aporta a los grupos privados. La 5G es una solución de bajo consumo energético que también puede dar cabida a los requisitos de transferencia masiva de datos de las empresas y organismos públicos modernos, como la sanidad. Como resultado, la 5G se ha erigido en un importante acelerador de la transformación digital sostenible.
“La 5G se ha erigido en un importante acelerador de la transformación digital sostenible”
La industria y la fabricación han sido los primeros impulsores, y varias empresas ya han hecho anuncios públicos. Airbus, por ejemplo, es uno de los primeros. En abril de 2021 puso en marcha una red privada en colaboración con Ericsson en su sede central de Toulouse (Francia). Airbus utiliza la red para transferir datos entre equipos de ingeniería in situ y dispositivos conectados dentro de las plantas y centros de Airbus. Ahora, la empresa está ampliando su red a otros países europeos.
Pero, en general, los casos de uso comercial siguen siendo limitados porque, hasta hace poco, no había espectro disponible más allá del comprado por los ORM en subasta. Cualquier entidad dispuesta a desplegar 5G ha tenido que llegar a un acuerdo comercial con un ORM. Un escollo importante, ya que los ORM no están dispuestos a compartir un recurso limitado y precioso.
“España liberará espectro para redes privadas este año”
Sin embargo, la mayoría de los países desarrollados han tomado recientemente medidas para liberar espectro para las redes privadas, ya sea gratuitamente o por una pequeña tarifa. Reino Unido, Alemania, Japón y Estados Unidos ya lo han hecho y España, lo hará este nuevo año.
Hasta ahora, Airbus había tenido que depender del espectro de los operadores de redes móviles. La posibilidad de utilizar espectro público facilitará mucho la construcción de su red.
Una gama cada vez mayor de soluciones y casos de uso viables
Además de un entorno espectral más conductivo, el segundo factor que ha cambiado es que ahora hay más opciones tecnológicas para la 5G privada. Ericsson y Nokia han invertido y cuentan con sólidas ofertas de infraestructura 5G privada. Las nuevas empresas también han entrado en el mercado, con software y hardware innovadores. Incluso los hiperescaladores, como Microsoft y AWS, están invirtiendo y han anunciado soluciones. Los integradores pronto tendrán muchas más opciones para construir despliegues 5G extremadamente sólidos.
El 5G privado es complejo y la ciberseguridad, crucial
El tercer obstáculo ha sido la complejidad de la tecnología.
A pesar de los avances en torno al espectro y los casos de uso, la tecnología 5G sigue siendo muy compleja. Cualquier organización que quiera desplegar y gestionar por sí sola una red privada de tamaño medio, más vale que disponga de los recursos y las capacidades (además de la inversión) para hacerlo.
Además de la complejidad de la red, muchos casos de uso desplegados sobre ella requerirán recursos informáticos y de almacenamiento cerca de la red (edge computing) y/o en la nube (pública o privada). Las redes 5G privadas permitirán a las empresas desplegar cientos o incluso miles de sensores, actuadores, máquinas autónomas, drones, cámaras de alta resolución, etcétera. Todos esos puntos finales de la red generarán muchos datos, y algunos de ellos tendrán que procesarse en tiempo real en el borde de la red (por ejemplo, algoritmos de inteligencia artificial) para minimizar la latencia y permitir una respuesta muy rápida.
Esto va a aumentar mucho la complejidad de la infraestructura informática, por lo que se necesitarán recursos adicionales para manejar sistemas complejos y gestionar su seguridad.
O quizá no. Las nuevas tecnologías ofrecen una alternativa mejor. El secreto es que el software de la capa superior ofrece una “red como servicio”. Eso permite a Fujitsu, de forma exclusiva, gestionar todos los equipos de radiofrecuencia y los puntos finales de una red, así como todos los recursos informáticos y de almacenamiento asociados a cada red (o mejor dicho, porción de red). Básicamente, esta capa de software nos permitirá definir un nivel específico de servicios (SLA) para cada segmento de red, incluyendo no sólo el ancho de banda de los equipos de RF, la latencia y el número de puntos finales requeridos por el SLA en el segmento, sino también la computación (edge y/o cloud) y el almacenamiento necesario para ejecutar las aplicaciones vinculadas a cada segmento de red específico.
Se trata de una oferta gestionada en toda regla, sin necesidad de que el cliente disponga de conocimientos o contrate a personas que se ocupen de la complejidad. Fujitsu hace todo eso a distancia y puede gestionar cientos de redes desde un único punto en el Centro de Servicios de Sevilla. Es fácil ponerlo en marcha, y se puede empezar por algo pequeño o muy grande, ya que el enfoque es altamente escalable. Y no es necesario realizar toda la inversión por adelantado, ya que este enfoque también es asequible, con pagos mensuales.
“La ciberseguridad también es un aspecto crítico del despliegue de la 5G”
La ciberseguridad también es un aspecto crítico del despliegue de la 5G. Con tantos posibles puntos finales -tabletas, sensores IoT, robots, wearables-, la superficie de ataque ha crecido exponencialmente.
Para solucionarlo, hemos integrado una capa de protección muy sólida en el control de acceso a los medios. Esto no tiene nada que ver con las aplicaciones o los datos de la red, sino que protege la infraestructura para que los delincuentes nunca puedan siquiera conectarse a los equipos de radiofrecuencia o a los puntos finales sin su aprobación. Estamos tan seguros de este enfoque que garantizamos un control del 100% de los puntos de acceso.
Estas son las razones por las que tengo tanta confianza en que 2023 será testigo de un salto adelante en la 5G privada. Muchas organizaciones comprenden ahora el potencial de la transformación sostenible impulsada por la 5G privada. Por mi experiencia, sé que la demanda es increíblemente alta y que ahora están apareciendo muchos casos de uso adecuados.