El difícil momento por el que atraviesa el sector de la telefonía móvil y el evidente retraso que protagoniza el desarrollo de la telefonía UMTS ha llevado al Gobierno español a dar marcha atrás en sus planes y retrasar la puesta en marcha de los servicios 3G en nuestro país.
En un gesto que muchos consideran una mano tendida a las empresas de telefonía móvil, Anna Birulés ha decidido posponer la entrada de la telefonía UMTS hasta junio de 2002. La nueva fecha (estaba previsto que la telefonía de tercera generación fuese una realidad en España en agosto de 2001), podría revisarse si el desarrollo de las redes y terminales no se diese correctamente.
Junto a los nuevos plazos para UMTS, la ministra de Ciencia y Tecnología ha decidido también la cancelación provisional del concurso de dos nuevas licencias GSM, tecnología actualmente explotada por Telefónica, Airtel y Amena, y que debía haberse convocado durante el primer cuatrimestre de 2001.
De concederse estas dos nuevas licencias, el Gobierno habría expropiado parte del espectro radioeléctrico a los actuales operadores que actúan en este campo, situación que de momento queda por tanto suspendida.
Retrasado UMTS y suspendido el proceso de concesión de las nuevas licencias GSM, el Gobierno español centrará todos sus esfuerzos en la tecnología GPRS.
Así, Telefónica Móviles, Airtel y Amena podrán empezar a disponer del espectro (12,6 Megaherzios cada uno) que hasta ahora el Ejecutivo les negaba, y empezar a desarrollar sus servicios GPRS.
En este sentido, el ministerio concederá a Xfera, el cuarto operador UMTS que aún no presta servicio, el derecho a utilizar las redes de los tres existentes para iniciar la comercialización de GPRS como paso previo a la telefonía de tercera generación.