El Mobile World Congress 2019 celebrado en Barcelona la pasada semana será recordado como el MWC del 5G (con permiso de los móviles plegables). Si bien la nueva generación de redes de telefonía móvil ya fue tendencia el pasado año, ha sido esta edición la que se ha visto saturada de los primeros dispositivos compatibles y demostraciones por parte de las operadoras. Sin embargo, ¿hasta qué punto es inminente su adopción por parte de usuarios y empresas? Entelgy, acelerador de la transformación digital, recopila las cinco principales claves de esta tecnología.
En primer lugar, un poco de contexto. 5G es un término comercial que hace alusión a la quinta generación de redes de telefonía móvil, una generación que tuvo su origen con el 1G o primera generación, es decir, las redes que nacieron con el lanzamiento en 1981 del sistema NMT 450 de Ericsson, con canales analógicos y frecuencia modulada. No es hasta una década después cuando aparece el 2G o segunda generación, con el GSM como gran protagonista y haciendo uso de frecuencias de 900 y 1800 MHz. Uno de los grandes hitos de esa época fue el nacimiento del SMS y del protocolo WAP, el predecesor del internet móvil. Antes de su aparición, a través del móvil sólo era posible la comunicación por voz.
Con el UMTS, 3G o tercera generación, el mercado se preparó para la aparición del consumo de datos masivo, con velocidades de conexión que aumentaban exponencialmente, trayendo consigo tecnologías como las videollamadas. Pese a que la subasta de frecuencias se hizo en el año 2000, hasta 2005 no comenzó la era 3G, que permitía entre otras cosas la videollamada, si bien la adopción real de este tipo de novedades fue escasa.
Desde su nacimiento en 2013 -aunque hasta hace bien poco una realidad extendida- es el 4G el estándar que ha permitido alcanzar velocidades de hasta 1 Gbps, más altas incluso que la fibra óptica común. Esto ha disparado el consumo de contenidos multimedia, especialmente el vídeo, en el móvil. Ahora nos encontramos a las puertas de la nueva generación y estas son sus cinco claves:
- El 5G no será “real” hasta 2020
A diferencia de lo que ocurrió con las anteriores generaciones, caracterizadas por llegar algo más tarde de lo esperado a nuestro país, con el 5G se espera un ritmo de instalación de antenas muy rápido, acompañado de la misma velocidad para llegar al usuario final. Eso sí, por mucho que en el MWC 2019 se hayan presentado una buena cantidad de dispositivos 5G, los usuarios aún tardarán en aprovechar realmente esta tecnología al completo.
El Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital subastó en julio de 2018 las frecuencias, que van desde los 3,6 hasta los 3,8 gigahercios (GHz), es decir, que se licitaron 200 megahercios (MHz). Anteriormente, ya se subastaron otros 200 MHz, entre las frecuencias de 3,4 y 3,6 MHz. Además, más adelante habrá bandas pensadas para obtener velocidades de vértigo en espacios abiertos o pequeños, con poca penetración en interiores, que irán desde los 24 GHz hasta los 100 GHz.
En España, para larga distancia y gran penetración, tal y como ahora usamos la banda de 800 MHz en 4G, en 5G se empleará la de 700 MHz, anteriormente usada por los canales de la TDT. Pero esto último no ocurrirá hasta 2020. Con todo, la GSMA (GSM Association, es el organismo que representa los intereses de los operadores móviles en todo el mundo, uniendo tanto a operadoras, fabricantes de dispositivos, compañías de software, proveedores de equipos y compañías de Internet, como organizaciones en sectores adyacentes de la industria) estima que el 5G será real en 21 mercados, incluyendo Estados Unidos y China.
Sin embargo, las redes y dispositivos aún tardarán en alcanzar todo el potencial de esta nueva generación de internet móvil. El motivo es que el despliegue de 5G se está realizando en dos tiempos: NSA (Non-Standalone), que aprovechan la infraestructura 4G existente, y SA (Standalone), tecnología 100% autónoma que aprovecha el 5G en su totalidad, tanto en la transferencia de datos como en el control con las estaciones base.
De esta forma, la primera generación de redes y dispositivos 5G es compatible la versión 15 del estándar 5G propuesto por 3GPP (3rd Generation Partnership Project), la NSA. El estándar SA fue aprobado en junio de 2018 y su finalización está prevista para 2020. Hay que tener en cuenta que muchos de los dispositivos que se están anunciando y que se lanzarán este año tan solo utilizan el estándar NSA, por lo que no aprovecharán todo el potencial del 5G en el corto plazo.
- Velocidad y cobertura
Gracias a la banda de los 700 mhz se conseguirá, como mínimo, una velocidad de bajada de 100 Mbps. Con las de 3,4 y 3,8 GHz se llegará hasta 3 Gbps. Por último, quedaría una banda de 26 GHz, pensada para puntos de acceso cercanos, como aquellos situados en aeropuertos o estadios, y se alcanzarían velocidades de hasta 10 Gbps, es decir, 10 veces la velocidad de la fibra óptica más rápida para el público.
La cobertura inicial dependerá del despliegue que realicen las operadoras, pero algo muy novedoso es que el 5G permitirá que, de una manera fácil y económica, haya muchos más puntos de acceso. Se ha llegado a hablar incluso de que algunos smartphones podrían convertirse en repetidores de señal 5G para aquellos terminales que tengan alrededor, por lo que se espera que el 5G se extienda de forma mucho más rápida que el 4G.
- Menor saturación, menor latencia, mayor eficiencia
La saturación de las redes 5G también mejorará enormemente respecto a las redes 4G, lo que por un lado permitirá que las operadoras ofrezcan una mayor cantidad de datos o la misma cantidad que ahora pero a un coste menor. Por otra parte, permitirá que se abastezcan, sin necesidad de Wi-Fi, los 12,5 dispositivos conectados por persona que habrá en 2025.
De esta forma, la mayor ventaja del 5G sobre la anterior generación de redes será una reducción enorme de latencia, que permitirá alcanzar la espectacular cifra de 4 milisegundos en condiciones ideales, por 20 de las redes 4G LTE. También el rendimiento va a mejorar, tanto que, en condiciones ideales, cada nodo podrá suministrar 20 Gbps de bajada y 10 Gbps de subida. Podría ocurrir que, al dividir esas cantidades entre todos los dispositivos conectados, y al crecer tanto la cantidad de los mismos, la diferencia con el 4G no será tan grande como la cifra puede dar a entender. Aun así, el 5G hará posible dar servicio hasta a 100 dispositivos por metro cuadrado, un escenario en el que las redes 4G colapsan irremediablemente.
La eficiencia energética también aumentará hasta un 90%, por lo que podemos esperar mejores cifras de autonomía en nuestros smartphones, wearables y dispositivos domésticos. Los problemas que existieron en la adopción del 4G, cuyos primeros smartphones agotaban su batería en muy pocas horas, estarán solventados en la era del 5G. Además de estas ventajas, el 5G abrirá posibilidades infinitas que aún desconocemos y que, como siempre, serán aprovechadas por empresas y personas líderes en innovación.
- Una nueva vida para los dispositivos móviles
Los dispositivos móviles ya ofrecen una cantidad increíble de servicios y prestaciones, gracias a las diferentes mejoras que han ido ofreciendo las diferentes generaciones de internet móvil. Esto es: videojuegos, videoconferencias, apps, etc. Con el 5G veremos cómo los smartphones mejoran sus prestaciones, con servicios y usos hasta ahora impensables, como por ejemplo:
-Un nuevo impulso a la VR/AR: en sus etapas avanzadas, el 5G dará acceso a internet a toda clase de dispositivos, incluso permitiendo la existencia en cualquier lugar de algunos que ahora permanecen conectados por cables. Tecnologías incipientes que hasta ahora se han popularizado especialmente en hogares y oficina, se volverán cada vez más habituales y omnipresentes, gracias al ancho de banda de la red móvil 5G. Es el caso de las gafas avanzadas de realidad virtual y aumentada, así como de los siempre futuristas hologramas.
-Menos WiFi y menos cable: dispositivos como la mayoría de componentes del Internet de las Cosas, que en la actualidad acceden a Internet con conexión Wi-Fi, podrán liberarse. De hecho, las redes 5G tendrá la capacidad suficiente para que desaparezcan las conexiones domésticas por cable, algo fundamental en países en desarrollo que no se pueden permitir grandes inversiones en cableado.
- Industrias tradicionales más eficientes
La mayoría de redes móviles anteriores al 5G han servido para conectar, sobre todo, teléfonos móviles de todas las generaciones, pero eso va a cambiar. Gracias al 5G vamos a ver cómo industrias tradicionales se transforman completamente, para ser más eficientes, como por ejemplo:
-Un nuevo concepto de movilidad: será el espacio urbano, sin duda, donde veremos más transformaciones con el 5G. Hoy en día, los habitantes de muchas ciudades ya tienen acceso desde el terminal a mucha información en tiempo real de transporte o calidad del aire, pero no es nada comparado con lo que llegará con las ciudades inteligentes.
Idealmente, hablamos de espacios en los que no existirán ni los semáforos ni los accidentes, pues una vez lleguen a ella los coches autónomos y exista una red urbana, todo el conocimiento será compartido. Se conocerán de antemano las intenciones de otros vehículos. Antes de que eso ocurra, el 5G puede ayudar a mejorar y aportar eficiencia a la distribución del tráfico.
-Agricultura y ganadería inteligentes: en el espacio rural, el 5G dotará de mayor inteligencia y precisión a las técnicas empleadas en la agricultura y la ganadería, lo que permitirá aumentar la productividad en las explotaciones agrícolas. Será gracias al uso de drones y dispositivos IoT pensados para este fin. Un informe de BI Intelligence calcula que habrá 75 millones de dispositivos IoT instalados a finales de 2020 dedicados a agricultura inteligente.