En el mundo de las TI ya se habla de Nuevo Gigante Informático y razones para acuñar el término no les falta porque una de las motivaciones que han llevado a la cúpula de Hewlett-Packard a adquirir Compaq Computer es plantear una dura competencia a IBM, la veterana del sector.
La operación, anunciada a primeros del pasado mes de septiembre, alcanza la cifra de los 4,6 billones de pesetas (27.646 millones de euros) y supone la creación de una empresa con un volumen de negocio anual que ronda los 16 billones de pesetas (95.500 millones de euros), 150.000 empleados y presencia presentes en 160 países.
La compañía resultante, que mantendrá el nombre de Hewlett-Packard, arrebata el liderazgo mundial en la fabricación de ordenadores personales a Dell Computer, que tiene el 13 por ciento de cuota, ya que la suma de las porciones de mercado de HP y Compaq en este sector rondan el 19 por ciento. Y se sitúa en la segunda posición, justo detrás de IBM, el mayor grupo informático dada su combinación en la venta de ordenadores el negocio de servicios y programas informáticos.
La hasta ahora presidenta de HP, Carly Fiorina, seguirá siendo la cabeza visible de la nueva empresa y, por su parte, Michael Capellas, presidente de Compaq, asumirá el puesto de consejero delegado. Los mencionados cargos estiman que la compra generará, a partir de 2004, un ahorro de 457.500 millones de pesetas (2.749 millones de euros).
Aún así no todo es un camino de rosas, por lo pronto la Bolsa neoyorquina reaccionó negativamente, tan sólo 24 horas después del anuncio, con una bajada de las acciones de HP en un 18 por ciento a la que se sumó un recorte del 10 por ciento de las de Compaq.
También se baraja la reducción de 10.000 puestos de trabajo y los analistas ya prevén que los ajustes para agrupar ambas empresas provocará una caída de precios con el consiguiente descenso de beneficios, dificultades burocráticas para fusionar departamentos y un complicado organigrama de altos cargos procedentes de las dos compañías.
Concretamente, Andrew Butler, director de investigaciones de la reconocida consultora Gartner Group, ha señalado que difícilmente la fusión podrá ser completada con éxito y que, aún así, ello significaría dos años de confusión para los clientes de ambas compañías, lo que sería muy beneficioso para sus competidores.
Uno de los muchos cambios que traerá consigo la fusión es la reordenación total de los múltiples sistemas operativos para servidores con que contará la nueva Hewlett-Packard, ya sea Linux, Windows NT, OpenVMS, HP-UX y las propias versiones de Unix de Compaq, entre otros, que ahora soportan.
Otra consecuencia, y una de las más temidas, es la reducción de puestos de trabajo que la operación va a traer consigo. El ya anunciado recorte de 10.000 puestos de trabajo, podría afectar a las filiales que ambas compañías tienen en nuestro país y que emplean a un total de 640 personas en el caso de Compaq y a 600 profesionales por parte de Hewlett-Packard.
Así mismo, la llegada de la nueva compañía podría generar un problema de sobredistribución. En opinión de Angel García, de CompuBase, viendo las cifras referentes a los distribuidores que Compaq y HP tienen actualmente en nuestro país, la suma de ambas no será el número global de distribuidores sino que es necesaria una desduplicación de ambas marcas.
