La tecnología nunca ha sido tan importante para la humanidad y, hoy, tras dos años de digitalización sin precedentes, las empresas están innovando más que en cualquier período anterior. Esto ha llevado a Aruba, una empresa de Hewlett Packard Enterprise, a bautizar el 2022 como “el Año de la Transformación”, destacando que, si la misma se lleva a cabo de manera adecuada, las organizaciones tendrán la oportunidad de acceder a un mundo nuevo de oferta de servicios, bienestar de empleados, experiencia de clientes y mucho más. Si este proceso de transformación no se hace adecuadamente, alertan desde la empresa, las compañías serán dejadas atrás rápidamente, tanto por sus clientes, como por sus empleados.
“Hemos llegado a un punto de inflexión en el proceso de la transformación digital, en el que las empresas o bien establecen una base sólida para la próxima década o, cuando un día miren atrás, se darán cuenta de que su proceso de transformación se ha construido sobre un auténtico castillo de naipes. Y para eso, el foco debe ser entender qué tecnología es adecuada, y cual no, en la mejora de los procesos de cada cliente y ese acompañamiento tecnológico es lo que ofrece Aruba”, explica Iker del Fresno, country manager de Aruba para España.
Este convencimiento nace, tanto de las continuas conversaciones de Aruba con sus clientes, socios y equipo, como de sus investigaciones de mercado, en la última de las cuales, en febrero, se consultó a 200 responsables de TI internacionales. En función de ello, la compañía identifica a continuación cuatro tendencias de transformación digital que serán claves para el empoderamiento de las organizaciones durante el presente año 2022.
La digitalización es más rápida que nunca
A pesar del ritmo que está tomando el cambio recientemente, las organizaciones tienen claro que su viaje de transformación digital está lejos de acabar – de hecho, menos de una quinta parte (16%) de los encuestados en nuestro último estudio considera que su transformación digital es madura.
Algo en lo que sí coinciden casi todos los participantes, es en la sensación de que necesitan hacer más. 8 de cada 10 encuestados afirmaron que su organización debe registrar un alto nivel de transformación digital en 2022, que para una cuarta parte (28%) debería ser muy alto. Sin embargo, al mirar hacia el futuro, son muchos menos los que están seguros de poder cumplir con este requisito.
Por su naturaleza reactiva, gran parte de la transformación experimentada hasta la fecha ha sido en áreas muy concretas de las organizaciones, regidas por el ámbito de mayor urgencia del momento. En 2022, las empresas necesitan conectar la transformación en estas diferentes áreas y continuar de una manera más conjunta. El objetivo es mejorar la eficiencia, la seguridad, etc., pero y, sobre todo, alcanzar una única versión del dato.
Un cambio urgente hacia la simplicidad y la automatización
Los datos se están convirtiendo rápidamente en el commodity más valioso de las organizaciones y su conquista – en una de las tareas para los responsables del área de TI, ya que todos, desde los directores generales hasta los directores de marketing, recurren a ellos para que les proporcionen los conocimientos necesarios para crear valor para la empresa.
Pero si una empresa no dispone de una infraestructura de datos común -situación en la que se encuentran todavía la mayoría de las organizaciones-, la misma está en problemas.
Casi tres cuartas partes (70%) de los encuestados en el último estudio de Aruba señalaron la creciente complejidad de su arquitectura de TI como una de sus principales preocupaciones de cara al 2022. Un caso real, en el que la información de un usuario final residía en 7 ERP diferentes de la organización que no se comunicaban entre sí, ilustra muy bien la razón por la que observamos este año un impulso tan importante hacia la simplicidad y la automatización. También explica por qué el hecho de que sean sistemas abiertos suele ir inmediatamente después de las demandas de simplicidad de los clientes. Y es que las empresas hoy necesitan sistemas conectados e integrados.
El renacimiento de la Red
El 2022 también será el año en el que todas las organizaciones, que todavía no lo hayan hecho, se darán cuenta de que la red, que antes se consideraba una capa de transporte y conectividad, es ahora una parte integral de la transformación digital y de la creación de un lugar de trabajo híbrido y moderno.
Si hoy una organización no dispone de una infraestructura de red capaz de soportar la creciente complejidad de su arquitectura de TI de forma automatizada y simplificada, la misma será incapaz de acometer su transformación digital. Y, aunque parezca una vuelta a lo básico, en 2022 muchas organizaciones se verán en la necesidad de examinar los fundamentos de la configuración de su red, desde cómo se construye la misma hasta cómo se consume.
De operadores a innovadores
Dejando a un lado la red, la entrega de datos en la organización también requerirá de una evolución en la relación entre las áreas de negocio y el área de TI, que muchos responsables de tecnologías de la información hoy todavía describen como funcional frente a estratégica. Alcanzar este cambio dependerá en gran medida de los recursos disponibles y de dónde se decida concentrar los mismos.
Al consultar a los responsables de TI sobre su mayor preocupación a la hora de llevar a cabo la digitalización de sus organizaciones en el año 2022, la respuesta nº1 fue la ligada a las habilidades: ¿cómo atraer el talento a la empresa y cómo desplegar mejor el talento con el que ya cuenta la organización? Fruto de las exigencias del negocio para proporcionar soluciones que generen nuevos ingresos (más de dos tercios de los encuestados están preocupados por el seguimiento de su rendimiento en relación con los objetivos de ingresos del año), los directores de TI hoy son conscientes que necesitan transformar su equipo de operadores en innovadores.
En la recuperación tras el Covid-19, las reglas de negocio se están reescribiendo a diario y la necesidad de una transformación radical es mayor que nunca. Es el momento de no estancarse en la innovación, sino de seguir adelante y, tanto si se trata de conectar iniciativas, como de simplificar la arquitectura de TI o de automatizar procesos para liberar recursos, la red estará en el mismo centro de todas estas iniciativas.