El aumento de áreas y divisiones ha llevado al Grupo a contar con 7 delegaciones a nivel nacional y 12 en el exterior, con una plantilla que supera el millar de empleados y una facturación de 140 millones de euros.
Este proceso de expansión provocó en Guascor una necesidad de ampliación de los sistema de comunicación entre sus oficinas. “En 1993, utilizábamos cuentas de correo electrónico como vía de comunicación y contábamos con la ayuda de un ISP ubicado en San Sebastión, IMPCON, que desarrolló nuestra red LAN y una aplicación ERP”, recuerda el responsable de Sistemas Informáticos. Sin embargo, al pretender cubrir todo el territorio español y proyectarse a nivel internacional, el Grupo debe optar por un proveedor de mayor envergadura. “A finales de 1993 realizamos un proceso de selección para escoger un proveedor con cobertura nacional, experto en Internet y capaz de conectar redes y nos decantamos por Sarenet. A comienzos de 1994 ya estábamos trabajando con la compañía”, explica Iribar.
Gracias a Sarenet, la empresa de motores ha conseguido mantener a salvo su mayor prioridad, que no es sino “la privacidad del know how de nuestros productos y servicios”, según advierte el responsable informático de Guascor. Para ello la compañía ha unido sus tres centros principales mediante un circuito dedicado punto a punto; además, la central se une con Sarenet para su conexión con Internet, a través de otra línea punto a punto.
Por otro lado, las delegaciones y plantas de producción están conectadas a Internet mediante circuitos ADSL o RDSI dependiendo de la cobertura disponible en la zona. “Por ejemplo, en la planta de Alcarrás, en Lleida, contamos con RDSI. Aunque, para aquellos puntos donde no llegan las líneas, recurrimos al GSM y al GPRS”, aclara Iribar.
Esas mismas delegaciones y plantas de producción, junto con la central, están equipadas con sistemas de cortafuegos y unidas mediante una Red Privada Virtual, de forma que el tráfico es encriptado confiriendo la necesaria seguridad.
Sabía que la materia orgánica contenida en la basura y depositada posteriormente en los vertederos se descompone y de su fermentación emanan gases contaminantes? La composición de estos gases es de, aproximadamente, entre un 45 y un 60 por ciento de metano (CH4), mientras el resto se reparte en un 25/35 por ciento de dióxido de carbono (CO2) y un 10/20 por ciento de nitrógeno.
Hasta hace poco, los residuos gaseosos se eliminaban de los vertederos mediante su extracción y posterior envío a una antorcha donde se procedía a quemarlos, pero con este sistema de combustión se desperdiciaba el valor energético de los gases y además sus emisiones eran altamente contaminantes. Sin embargo, en la actualidad, en los vertederos se puede captar el gas, enviarlo después a una estación de tratamiento y, una vez preparado, utilizarlo como combustible en motores que accionan alternadores y producen energía eléctrica. En definitiva, un negocio que responde a la primera clase de física que recibíamos en la escuela “la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma”.
Detrás de todo este proceso de reconversión de materia gaseosa aparecen empresas como Guascor, una firma surgida allá por 1966 en el País Vasco y dedicada a la fabricación de motores y equipos de propulsión marinos.
De la maquinaria naval, Guascor ha sabido evolucionar a nuevas áreas de negocio al ritmo que imponían los tiempos pero, eso sí, jugando siempre con su mejor baza: los motores. Así, en el Mundial de Fútbol de 1982, celebrado en España, la compañía vasca proporcionó con sus equipos energía a los estadios. Una década después, la firma disponía de maquinaria apta para utilizarse en el “desimpacto medioambiental”, según palabras de Joseba Iribar, responsable de Sistemas Informáticos del Grupo Guascor. Y, en 1999, adquiere Corporación Eólica, una muestra más del protagonismo alcanzado por la energía dentro de la compañía.
Finalmente la estructura empresarial del Grupo aparece englobada por cuatro divisiones, como son: Guascor S.A., Guascor Energía, Guascor Servicios y Guascor I+D, quedando su negocio enfocado en un espectro de materias tan amplio como el diseño y construcción de motores diesel y a gas o el tratamiento de residuos ganaderos.
En su proyección internacional, Guascor también ha contado con la ayuda de Sarenet. “Aportada de dos formas. En primer lugar para dar servicio a los comerciales que, cuando están desplazados, acceden a los sistemas centrales a través de conexiones por líneas RTB o RDSI, desde equipos portátiles con software IPSec. Y, en segundo término pero no menos importante, utilizando el servicio de Itinerancia Internacional (Ipass) de Sarenet”, señala Iribar. Precisamente Guascor apoya el grueso de las comunicaciones con su personal fuera de nuestras fronteras en el servicio Ipass, capaz de proporcionar acceso telefónico a cualquier país a precio de llamada local. “El precio final utilizando Ipass es mucho menor que con cualquier otro sistema”, asevera el responsable de Sistemas Informáticos de Guascor, “algo a tener en cuenta si pensamos que cada vez aumenta el número de trabajadores con necesidades de movilidad. En estos momentos, probablemente, cerca del 20 por ciento de nuestra plantilla podría considerarse incluido en esta categoría”.
El último peldaño ascendido por Guascor ha sido la apertura de una delegación en el archipiélago canario este mismo año y, “de nuevo, hemos recurrido a Sarenet para garantizar la conexión del Grupo en Canarias”, indica Iribar, “porque nuestra visión es clara: en Guascor nos centramos en nuestro proceso de negocio y Sarenet nos aporta servicios y seguridad. Así los dos trabajamos bien juntos”.